El Estado del bienestar UNA SOCIEDAD MÁS INJUSTA

Pobres excusas contra la pobreza

Mas se dirige a la tribuna de oradores del hemiciclo del Parlament, ayer.

Mas se dirige a la tribuna de oradores del hemiciclo del Parlament, ayer.

TONI SUST / FIDEL MASREAL
BARCELONA

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La culpa es de Madrid y del tripartito. y tener un Estado propio sería la vía para lograr un mayor bienestar y acabar con la dificultad. Estas fueron las ideas clave expuestas ayer por el president, Artur Mas, en el Parlament, donde la clase política no hizo demasiado caso a las entidades sociales. El pleno monográfico sobre la pobreza mantuvo el tono de confrontación previsto y habitual en el hemiciclo. Todos se sacudieron las culpas, o encontraron culpables ajenos, o ambas cosas. Y el primero fue Mas, quien convirtió el pleno sobre la pobreza en el pleno sobre lo que su Gobierno hace contra ella: «Es probable que la población no lo conozca». Con ese propósito, el de dar cuenta de lo hecho en lugar de hablar de lo que se hará o lo que falta hacer, dio paso a seis consellers que fueron subiendo a la tribuna a citar inversiones autonómicas e incumplimientos estatales.

Antes el president, el primero en hablar, marcó posición: subrayó  que los socios de la Generalitat tripartita no hicieron lo suficiente en tiempo de bonanza y culpó al Gobierno central de lastrar ahora la política social por la asfixia financiera. Nada dijo del cuarto de siglo en el que, antes del tripartito, gobernó CiU. En cambio, despejó hacia el futuro. Al final, aseguró que no había citado el derecho a decidir en ningún momento de su discurso (en realidad ya lo había hecho una vez) y se metió en ese terreno. Afirmó que el proceso soberanista «liga perfectamente» con la lucha contra la pobreza. Que Catalunya lo tiene todo para afrontar ese reto menos las posibilidades que ofrece un Estado: regular impuestos, fijar el déficit, legislar en temas básicos. La solución, pues, la ubicó en Ítaca.

Mas dejó para sus subordinados el discurso de que no hay que fomentar la cultura del subsidio y otros similares que rechazan de plano la posibilidad de que el pleno que empezó ayer suponga elevar el presupuesto en un solo euro. Él se mantuvo en la denuncia de que los porcentajes de riesgo de pobreza eran similares durante periodos de crecimiento y en la crisis, un argumento que los expertos en pobreza rechazan también de plano. Porque ese porcentaje se calcula para cada año y no se puede comparar y porque los indicadores de renta dan una imagen parcial y limitada de la situación.

GASTO Y DARDOS / Entonces empezaron a salir consellers. Por este orden: Neus Munté (Benestar), Puig (Empresa i Ocupació), Germà Gordó (Justícia), Santi Vila (Territori), Boi Ruiz (Salut) e Irene Rigau (Ensenyament). Naturalmente, no todos lo hicieron igual. Pero en suma vinieron a cumplir el encargo de Mas: dar cifras de lo gastado y también de lo recortado por el Gobierno central. Subrayar que el porcentaje del presupuesto de la Generalitat dedicado a política social ha subido, sin precisar que eso es así porque el conjunto del gasto ha bajado. Los dardos a la oposición fueron creciendo. La última en intervenir, Rigau, se indignó con

ICV-EUiA a cuenta de las becas de comedor y entonces, apenas transcurridas dos horas del pleno especial sobre la pobreza, ya parecía un encuentro ordinario en el Parlament.

La oposición denunció la dejación de funciones del Govern. Por el PSC lo hicieron su líder, Pere Navarro, y, con más conocimiento, Eva Granados, quien acusó al Ejecutivo catalán de no aportar ninguna idea de futuro. Por ICV, Joan Herrera, blanco principal de los ataques de CiU, quien quiso recordar varias de las intervenciones de las entidades sociales que el lunes participaron en un acto convocado por socialistas, ecosocialistas y la CUP. Por ERC intervino Oriol Amorós, que llamó a pasar «de un Estado enfermero a otro inversor», una petición defendida por el llamado tercer sector.

LA REFORMA LABORAL / Amorós también marcó distancia con las tesis de CiU después de que Puig elogiara la reforma laboral del Gobierno de Rajoy. Hoy se verá hasta qué punto los republicanos han conseguido forzar a los nacionalistas a dar pasos.

Por la CUP, David Fernández fue rotundo: «La pobreza es la violencia estructural del sistema». Rafa López (PP) también habló de Ítaca, pero en contra: acusó al Govern de envolverse en la estelada y obviar la política social. Albert Rivera, de Ciutadans, dijo algo similar: «Con una mano quieren construir un Estado y con la otra destruir el Estado del Bienestar».

A falta de las propuestas de resolución, el pleno sobre la pobreza supo a poco. Y eso no sorprendió.