El Pirineo de Lleida se vuelca en el creciente filón del turismo judío

Ni franceses, ni alemanes, ni tampoco holandeses. Los turistas israelís han desplazado al visitante tradicional y se han convertido en los últimos años en el grupo de viajeros extranjeros más numeroso en el Pirineo de Lleida. Unos 15.000, aproximadamente, eligen cada año las comarcas de montaña leridanas para pasar sus vacaciones. El imponente paisaje, el clima fresco y su gente son algunos de los atractivos que valoran. Tres aspectos que ahora se combinan con otro de capital importancia para el turismo hebreo, y que puede dar un nuevo impulso a su llegada: el descubrimiento de las rutas que miles de judíos utilizaron para huir durante la segunda guerra mundial de la persecución nazi, recientemente recuperadas del olvido y señalizadas para los visitantes.

La llegada de turistas judíos al Pirineo ilerdense no ha parado de crecer en la última década. En el 2004, cuando era todavía un fenómeno más o menos incipiente, ya significaba el 12,54% del total de visitantes extranjeros, un porcentaje que fue creciendo paulatinamente hasta alcanzar el 32% actual. Los tres principales grupos de visitantes extranjeros tradicionales han quedado muy atrás. Los franceses suman el 21%, cuando en el 2003 eran el 44%, y más arrinconados han quedado aún alemanes (10%) y holandeses (9%).

ESTANCIAS DE UNA SEMANA / «Aigüestortes es uno de los rincones favoritos de los turistas israelís. Aunque también les gusta pasear y conocer el entorno, visitar el conjunto románico de la zona, hacer senderismo y disfrutar de los deportes de aventura que se ofrecen», comenta el presidente de la Diputación de Lleida, Joan Reñé. En verano, que es cuando más viajan, se trata sobre todo de un turismo familiar formado básicamente por matrimonios de clase media-alta que visitan la zona junto con sus hijos. En invierno, en cambio, abundan más los grupos de amigos y las parejas que acuden a disfrutar de las estaciones de esquí. La estancia media de los israelís en el Pirineo de Lleida es de unos siete días.

MONTAÑAS CON HISTORIA / Buscando la combinación paisaje-historia que tanto gusta al turista israelí, el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida puso en marcha el pasado 23 de junio el proyecto Perseguits i salvats, cuatro rutas que identifican los principales itinerarios de huida por el Pirineo de Lleida durante el Holocausto nazi. A través de placas, banderolas, paneles explicativos y señalizaciones verticales, que incorporan códigos QR enlazados a la web de la iniciativa (www.perseguitsisalvats.cat), las rutas conducen al visitante por diferentes caminos, espacios y poblaciones relacionados con este oscuro episodio de la historia europea. Los contenidos están en seis idiomas: catalán, castellano, aranés, inglés, francés y hebreo. Las rutas (150 kilómetros en total) recorren distintos puntos del Vall d'Aran, la Alta Ribagorça, el Pallars Sobirà, el Alt Urgell y la Cerdanya.

Los visitantes pueden descubrir los senderos a pie, en bicicleta o incluso en coche si se escoge la ruta que transcurre por el Vall d'Aran. No tienen dificultad, por lo que se pueden recorrer en familia, aunque para hacerlas completas es necesario dedicar más de un día. «En un solo día se puede hacer un tramo, pero sabe a poco y no acabas de ver todo el trayecto», comenta Anselm Ros, el responsable de señalizar y diseñar los espacios expositivos de este proyecto. Ros recomienda dedicar a cada ruta un mínimo de dos días y dormir en alguno de los refugios habilitados en los recorridos.

Cuando diseñó las rutas, el patronato de turismo previó que serían los turistas israelís los que caminarían por ellas. Aunque, explica Ros, desde que se pusieron en marcha están recibiendo más visitantes autóctonos que extranjeros. Muchos de estos se decantan todavía por realizar el Camino de la Libertad que transcurre entre Montgarri (Naut Aran) y Esterri d'Àneu, en el Pallars Sobirà.

MITIGAR EL DÉFICIT DE ALGUAIRE / El aeropuerto de Lleida-Alguaire, abierto en el 2010, también ha apostado por el turismo hebreo en un intento de mitigar el enorme déficit económico y de viajeros que arrastra. Desde el pasado 27 de junio, cada semana llega un vuelo de Tel-Aviv con capacidad para un centenar de personas. El operador turístico Arkia, la segunda aerolínea más importante de Israel, ha programado 20 vuelos chárter durante el verano, con llegada cada viernes al aeródromo ilerdense, hasta finales de agosto.