EXCLUSIÓN SOCIAL

Las personas sin techo mueren 24 años antes que la media

Un total de 36 personas sin hogar han fallecido en un año en Barcelona

Un indigente, en un banco de la plaza Karl Marx, en Nou Barris.

Un indigente, en un banco de la plaza Karl Marx, en Nou Barris. / Periodico

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Un total de 36 personas sin hogar han muerto en los últimos 12 meses en Barcelona, con una media de edad de 60 años, 24 menos que la media de la capital catalana, según la Fundació Arrels, que el miércoles celebrará un acto de recuerdo a todas las personas sin techo que han fallecido en la ciudad.

"Queremos sacar de la invisibilidad una realidad de las personas que viven o han vivido en la calle con un acto que organizamos desde Arrels con el apoyo de otras entidades", han explicado los responsables de esta oenegé, dedicada a ayudar a las personas que duermen en la calle, en declaraciones recogidas por Efe.

Este año, Arrels ha decidido trasladar el acto a la plaza de Sant Jaume, un espacio público "para dar más visibilidad a todas estas defunciones".

"Queremos recordar a las personas que han muerto cuando aún vivían en la calle y aquellas que nos han dejado teniendo un techo de hospital, de un centro o de un piso de acogida. Se trata de personas que conocíamos desde Arrels y desde otras entidades de Barcelona, como Heura, Dit i Fet, Àmbit Prevenció, el CAS Baluard y la Asociación Ciudadana Anti-Sida de Catalunya", han dicho los organizadores.

CASOS CONCRETOS

Durante el acto, leerán el manifiesto 'Nadie durmiendo en la calle, nadie muriendo en la calle', en el que recordarán casos concretos, como el de Martín que "se rompió una pierna hace tiempo y, cuando le dieron el alta en el hospital, la ambulancia lo dejó en un banco de la calle porque no tenía adonde ir".

O el de Pedro, que "se preocupaba siempre de que sus amigos le guardaran todos los libros que leía para no perderlos mientras no tenía un techo donde dormir".

Y el de Cuqui, "de la que sólo sabíamos su nombre y que le gustaba charlar con nosotros cuando la encontrábamos por la calle".

"Unas han muerto todavía durmiendo en la calle, otros en una pensión o en un albergue, unas pocas han muerto teniendo un techo digno, otros lo han hecho mientras estaban en el hospital. Todas ellas fueron invisibles mientras estaban vivas y todas han muerto sin hacer ruido y en soledad", señala el manifiesto de Arrels.

"Queremos que todo el mundo lo sepa. Vivir en la calle deteriora la salud y lleva a una muerte prematura. En promedio, las 36 personas sin hogar fallecidas este año han vivido 60 años, 24 menos que el resto de barceloneses", añade Arrels.

Para la oenegé, se trata de "defunciones indecentes con entierros cargados de soledad en una ciudad que, en los últimos años, ha visto aumentar el número de personas que viven al raso".

"¿Qué pasa cuando muere una persona sin hogar? ¿Quién la recuerda? ¿Cómo es que se muere antes que cualquier otro ciudadano? Una persona sin hogar no tiene a nadie que la cuide cuando está enferma, tiene muy difícil seguir un tratamiento médico, está expuesta a mucha violencia y termina extenuada del esfuerzo y la tensión que supone sobrevivir en la calle", explican los expertos.

2.000 SIN TECHO

Según los datos oficiales, cada noche en Barcelona 941 personas duermen a la intemperie y otras 1.973 lo hacen a los albergues y recursos públicos y privados.

"Todos tienen derecho a morir dignamente y a que alguien le pueda decir adiós en su entierro. Todo el mundo debería poder acceder a un médico; no tener que pasar frío ni tener miedo a ser agredido; a una vivienda estable que le permita recuperarse de la dureza de la vida en la calle. El sistema de protección social no debería dejar que ninguna persona muera sin hogar y en soledad", defiende Arrels.