RESUELTO EL Crimen de algete de 1997

La perseverancia y la ciencia dieron con el asesino de Eva

Ahmed Chelh, el presunto asesino de Eva Blanco en 1997, es llevado por policías franceses, ayer.

Ahmed Chelh, el presunto asesino de Eva Blanco en 1997, es llevado por policías franceses, ayer.

EL PERIÓDICO
MADRID

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Cuando el presunto asesino de la joven madrileña Eva Blanco cometió su crimen, el 20 de abril de 1997, nunca imaginó que acabaría detenido 18 años después gracias a  los avances de la ciencia y de la perseverancia extrema de la Guardia Civil. Pero así ha sido: el pasado jueves, casi dos años antes de que expirara el plazo que establece la ley para la prescripción de este tipo de delitos, Ahmed Chelh, varón de nacionalidad española pero nacido en Marruecos, actualmente de 52 años, fue arrestado en la localidad francesa de Pierrefontaine Les Varans. Había abandonado España en 1999.

Todas las líneas de investigación emprendidas tras el crimen, que se centraron sobre todo en el círculo más cercano de la víctima -amigos y familiares-, resultaron infructuosas, pero el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil nunca se olvidó del caso.

La joven, de 17 años, apareció muerta en la cuneta de una carretera con múltiples signos de violencia y 20 puñaladas. La autopsia también determinó que previamente había sido violada: en su cuerpo había semen del que se extrajo una muestra de ADN, aunque esos restos por si solos no aportan gran información si no se pueden cotejar y coinciden con los de algún sospechoso.

Hasta 2.013 personas, en su mayoría vecinos de la localidad madrileña de Algete, se presentaron voluntariamente en 1999 ante la Guardia Civil para someterse a un análisis de ADN, pero ninguno dio positivo. El caso seguía sin respuesta y el tiempo corría en contra de los investigadores.

Hace dos años, los agentes pidieron al Instituto de Ciencias Forenses de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) un nuevo estudio de la muestra genética hallada en el cadáver de Eva. En enero del 2014, la USC remitió sus resultados con un dato fundamental: el ADN pertenecía a un varón de origen norteafricano. Hace 17 años no habría sido posible determinarlo, pero ahora, si el ADN se encuentra bien conservado, como es el caso, «se puede definir estadísticamente el origen biogeográfico y otras características físicas», explicó ayer la profesora de la USC María Victoria Lareu Huidobro.

COMPARAR CON EL PADRÓN / A continuación se pidió el padrón al Instituto Nacional de Estadística (INE) y al Ayuntamiento de Algete para saber el nombre de todos los varones de origen norteafricano que estuvieron empadronados en la localidad entre 1995 y 1999 (ese fue el margen que establecieron los investigadores). El resultado ofreció 200 nombres. Muchos de ellos ya no vivían allí y eso llevó a los agentes a recorrer diversas provincias de España en año y medio. Así hasta que hace unos días, a principios de septiembre, dieron con una persona que al hacerle la prueba de ADN dio positivo, aunque no al 100%. Era el hermano del presunto asesino.

Todas las pesquisas se centraron entonces en esa persona y su círculo familiar. Una vez localizados los parientes por línea descendente paterna, y tras localizar a otro de los hermanos, las investigaciones se centraron en Ahmed Chelh. «La Guardia Civil nunca olvida un caso», dijo ayer el ministro Jorge Fernández, al felicitar a los investigadores.