UN MOMENTO DE CAMBIO PARA LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El periodismo es el futuro del periodismo

ANTONIO MADRIDEJOS
BARCELONA

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internet y las nuevas tecnologías han obligado a los medios de comunicación, y a la prensa en particular, a replantearse la forma de trabajar, pero en absoluto amenazan los cimientos de la profesión. Los ciudadanos, en cualquier rincón del planeta, siempre necesitarán estar informados por quienes busquen la veracidad de lo que está sucediendo, más allá de la versión oficial. La liberación de Óscar Sánchez ha sido una oportunidad para ir en busca de una verdad de acceso complejo que, por sus características, podría haber bordeado la demagogia. «Las historias buenas y el trabajo independiente de los periodistas siempre tendrán futuro, sea en el formato que sea», resumeRosa María Calaf, que durante casi cuatro décadas recorrió el mundo como corresponsal de TVE.

Un aspecto fundamental que debe contener la información «necesaria», aquella que perdurará mientras existan las civilizaciones, es el factor de la interpretación. El periodista que no se limite a vomitar declaraciones antagónicas que conducen al vacío, sino que viaje hasta el origen de los hechos y analice sus motivaciones, será capaz de orientar al lector, o al telespectador, sobre el significado histórico de la información. Ese es su cometido. Esa función no la ofrecen, hoy por hoy, ni internet ni los informativos que se basan en la noticia inmediata, rápida.

«Las necesidades básicas de los ciudadanos son las de siempre. Losbloggerscomentan noticias, pero no las producen», pone como ejemploJairo Lugo-Ocando, profesor de Periodismo en la Universidad de Sheffield (Reino Unido). «Si para saber lo que sucede en Homs basta Twitter o los blogs de quienes viven en la ciudad, ¿por qué fue allí y por qué murió [la periodista del Sunday Times] Marie Colvin?», se preguntó en una conferencia recienteSoledad Gallego-Díaz, periodista deEl País.

«Los jóvenes periodistas se han aburguesado -opinaXavier Vinader, periodista de investigación recordado por sus reportajes en elInterviúde la transición-. Tienen un empacho de pantalla. Yo siempre les digo que menos Google y más salir a la calle. Si no captas los olores, si no hablas con los testigos, el periodismo se convierte en una repetición de los comunicados oficiales». En su opinión, resulta curioso que ahora que se dispone de las herramientas de comunicación más potentes de la historia, «hay una tendencia a alejarse de la comunicación verdadera».

COMPROBAR, CONTRASTAR / «No sé cómo será el futuro, pero está claro que el periodismo debe continuar ejerciendo un papel de comprobación. Y en la red se encuentran muchas noticias que no han sido contrastadas -comentaLlúcia Oliva, presidenta del Consell de la Informació de Catalunya y exreportera de TVE-. Los periodistas, en cambio, debemos ofrecer informaciones éticas, veraces, honestas e independientes. Siempre seremos necesarios». El problema, prosigueOliva, es que los medios «se han convertido en multinegocios que ofrecen un producto y el lector no es más que un consumidor».

La periodista lamenta que todos los medios «son víctimas de la inmediatez». «Se trata de ser el primero, aunque no se compruebe el contenido, por lo que, al final, todo se limita a un periodismo de declaraciones». Según comenta Oliva, el periodista está perdiendo un poco «la perspectiva de que lo importante es que se debe a los ciudadanos». «El periodismo de valores y riguroso es el futuro», sentencia. En la misma línea,Gallego-Díazinsistía: «La primera obligación de un periodista es la verdad. Debe lealtad ante todo a los ciudadanos. Su esencia es la disciplina de la verificación. Debe mantener la independencia con respecto a aquellos a quienes informa».

En este sentido,Calafaporta un matiz: «No lo es todo elperiodismo ciudadano, saber qué opina la gente. Hay que contextualizar las informaciones». Por su parte,Lugo-Ocandoinsiste: «Los lectores deben sentir que los periodistas son parte de su comunidad. Hay que entablar complicidades, fomentar el diálogo en internet y en las cartas al director. Hay que ir al campo de batalla. ¿ Cuántos periodistas se quedaron a dormir con los indignados que acamparon en las plazas?»

José Martí Gómez, histórico periodista de diversos medios barceloneses, comenta: «El hecho de que el redactor sentado puede ahora acceder a tanta información está provocando que deje de salir a la calle, que es la base del periodismo. Y sucede entonces que los rumores sin comprobar corren rápido, como que el autor de los tiroteos en Toulouse era un joven rubio y nazi. Luego resultó que no era así, pero algunos medios digitales lo dieron por hecho». ParaMartí Gómez, otro problema del periodismo actual es que «a veces se confunde la pura comunicación con el periodismo. No se trata solo de llegar el primero, sino de explicarlo verazmente, de forma independiente y comprensible».

Mas conciliador se muestraJavier Díaz Noci, catedrático de Comunicación de la UPF: «Los medios tradicionales e internet no se hacen la competencia. El papel se deja para la lectura reposada de la tarde e internet, para la inmediatez, para leerlo con el smartphone o el iPad. A menudo, los dos medios tienen un mismo lector que se mantiene fiel».

DEBERES TRADICIONALES / El periodistaTomàs Delclós, defensor del lector deEl País, recuerda que la emergencia del periodismo ciudadano y las redes sociales son «un fenómeno saludable». «Han servido para combatir la censura y diseminar una agenda de temas que podían no estar en las mesas de las redacciones -afirma-. Muchas veces, los primeros testigos que difunden un hecho imprevisto son los ciudadanos. El periodista, forzosamente, llega después».Delclósinsiste en que son fuente de información, «pero ello no exime al buen periodista de sus tradicionales deberes para intentar establecer la verdad de lo ocurrido. Internet también alberga el rumor interesado y la injuria. De periodismo ciudadano, como del otro, hay bueno y malo».

Otro valor en peligro es la capacidad del reportero de transmitir. «Con la rapidez estamos perdiendo calidad del lenguaje», lamenta Calaf. «Todo lo demás sería insuficiente si nuestras informaciones no fueran amenas», diceOliva. «Está claro -añade la excorresponsal de TVE-.

La tecnología es una herramienta valiosísima, pero solo eso. No sé si los formatos van a cambiar, pero lo que me horrorizaría es que desapareciera el periodismo».

«No hay una receta única para abordar el futuro -concluyeLugo-Ocando-. Cada medio debe buscar su solución. Eso sí, siempre ha sido malo cuando se ha priorizado la política gerencial sobre la periodística. Lo barato suele dar como resultado un producto malo. Y un producto malo se vende peor».