EL PERIÓDICO cultiva la sana afición por los huertos urbanos

Hay una más que sutil diferencia entre abrir el frigorífico y coger un tomate y abrir la ventana y coger un tomate. El gesto es el mismo, está claro; el producto, quizá; la felicidad que procura coger un tomate u otro, ni por asomo. El segundo tomate, el de la ventana, lo ha cultivado uno mismo. Esa felicidad, y la creciente conciencia por la comida saludable y ecológica, explican el auge del fenómeno de los denominados huertos urbanos.

EL PERIÓDICO se propone cultivar entre sus lectores esa afición ofreciéndoles los mejores consejos de un gran experto: Marc Estévez Casabosch. Su libroUn hort per ser feliçse puede conseguir desde hoy mismo con el diario por solo 9,95 euros. Y para empezar a practicar, el libro viene con tres planteles de lechugas de regalo.

UN BALCÓN BASTA/ La ciudad, defiende Estévez, no puede ser una excusa para no tener un huerto o, como a él le gusta decir, un jardín comestible. Basta con un balcón, una azotea, un pequeño patio... En cualquiera de estos sitios es factible tener un huerto. Está claro que uno no plantará sandías en el balcón, pero si puede producir, por ejemplo, plantas aromáticas.

EnUn hort per ser feliç.Estévez enseña paso a paso el camino para tener ese huertecito soñado. Bien ilustrado con fotos y expertas explicaciones, el libro enseña cómo diseñar y planificar el huerto atendiendo a los criterios, entre otros, de espacio, sistema de riego y clima, y ofrece un extenso catálogo de las hortalizas que se pueden plantar en ese jardín comestible.

El libro incluye también mapas y calendarios de plantación por zonas de Catalunya. Por ejemplo, las acelgas, las coles, las lechugas y los puerros se pueden cultivar todo el año en los huertos del litoral y el prelitoral, pero en climas más fríos, mejor seguir a pie juntillas las recomendaciones sobre siembra y trasplante.

Y para aquellos que quieran ir un poco más allá del huerto, Estévez enseña cómo construir un minigallinero móvil. «Dos gallinas ponedoras, a huevo por gallina y día, son 14 huevos a la semana; suficientes para el consumo familiar», explica el autor. Un argumento convincente de un experto que, además, reivindica el huerto como un espacio para aprender y compartir con los más pequeños de la casa.