Gente corriente

Patrícia Puig: "Es hora de que el trabajador empiece a hacerse valer"

Directora de felicidad. Canaliza los lamentos de los empleados hacia medidas de bienestar.

«Es hora de que el trabajador empiece a hacerse valer»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Algo está cambiando en la cultura del trabajo y lo hace desde abajo, empujado por el deseo de la gente de dejar de currar tanto para vivir tan poco. Es el caso de Vortex, una pequeña empresa dedicada a la venta de datos meteorológicos por internet, que ha recibido el Premi Barcelona a l'Empresa Innovadora en Conciliació i Temps por iniciativas como la de crear un departamento de felicidad.

-¿Siempre ha ido tan contenta al trabajo?

-¡Nooo! Antes estaba en otra empresa y había días que salía de la oficina llorando.

-¿Cuándo vio que Vortex era diferente?

-Desde el primer día. Lo primero que me dijo el socio fundador, Pep Moreno, fue: «¿Ya te han dicho cuál es la misión de Vortex? ¿No? Pues nuestra misión es la felicidad de los trabajadores, tenlo muy presente».

-¡Eso es un jefe!

-Es muy importante que el jefe no solo sea el que manda sino que sea un líder, alguien capaz de ver a las personas que tiene alrededor y sacarles el máximo partido en términos de rendimiento productivo pero también entenderlas como personas, con su carácter, sus sentimientos, sus problemas...

-Esta filosofía no cuadra con el objetivo del máximo beneficio del capitalismo salvaje.

-El modelo de producción heredado de la revolución industrial está cambiando. Ya no se trata de estar muchas horas para producir mucho y vender mucho, sino que se valoran otras cosas, como el trabajo en equipo y la creatividad. Si te sientes una persona llena, si estás relajado y motivado, trabajas mejor, y eso también es bueno para el empresario.

-¿Cómo la eligieron directora de felicidad?

-Aquí somos ocho y todos dirigimos algo [ríe]. Pep quería que hubiera una persona responsable de que los trabajadores estuvieran cómodos, alguien a quien explicarle cosas de forma natural, de tú a tú.  Yo soy licenciada en Físicas y tengo un máster en meteorología, pero estoy estudiando Psicología a distancia y soy sensible a estos temas.

-¿De qué se lamentan más sus colegas?

-De no tener tiempo para la familia. Somos siete hombres y una mujer y es muy importante que sean ellos quienes reivindiquen este cambio de rol. De esta manera haremos la revolución más rápido.

-¿Qué medidas ha aplicado la empresa?

-Además de los 23 días laborables de vacaciones tenemos 10 días libres extra para imprevistos, como cuando los niños se ponen enfermos, y también nos dan fiesta el día de nuestro cumpleaños. Todos tenemos flexibilidad horaria y cogemos las vacaciones cuando nos conviene.

-En una empresa pequeña donde todo se hace por internet es más fácil organizarse.

-Se trata de empatizar con el trabajador y en otro tipo de empresa se pueden aplicar otras medidas. Además, somos nosotros quienes tenemos que empezar a cambiar las cosas con nuestra actitud. Ya es hora de que el trabajador empiece a hacerse valer.

-Usted ha sido madre recientemente.

-Mi hijo Teo nació hace año y medio. Agoté la baja de cuatro meses, que es ridícula, y cogí una excedencia hasta que  cumplió un año. Ahora hago jornada reducida.

-¡El terror del empresario!

-Yo he tenido todas las facilidades y, lejos de relegarme, me han hecho responsable de un producto nuevo. Las mujeres tienen que sentir que se las valora también por ser madres. Con la maternidad desarrollamos capacidades que no se ven en un currículo pero que son necesarias en una empresa.

-¿Por ejemplo?

-Capacidad de organización, optimización del tiempo, mayor creatividad y seguridad... Yo me he crecido cuando he sido madre. Ser capaz de traer al mundo algo tan maravilloso da mucha autoestima.