Aires de cambio en el Vaticano

El Papa apuesta por un experto diplomático como mano derecha

Parolin, en una misa en Caracas, el pasado mes de julio.

Parolin, en una misa en Caracas, el pasado mes de julio.

ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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Discreto, trabajador, representante de la diplomacia vaticana de solera y especialista en temas fronterizos del catolicismo, como las culturas orientales, el islam y el agnosticismo en las sociedades de Occiden-

te. Así dibujan en el Vaticano la personalidad del arzobispo Pietro Parolin, actual nuncio (embajador) en Venezuela, que hoy será nombrado con toda probabilidad nuevo secretario de Estado (primer ministro) de la Santa Sede. El sustituto del criticado cardenal Tarcisio Bertone tiene 58 años, por lo que, con la excepción de Eugenio Pacelli -quien luego se convertiría en el papa Pío XII-, será el secretario de Estado más joven de la historia reciente.

De confirmarse, el nombramiento constituirá el primer as de calado que el papa Francisco pone sobre la mesa en su esperado proceso reformista. Se sumará a las tres comisiones internacionales en marcha en estos cinco primeros meses de pontificado para encarar la reforma de la curia (Gobierno central de la Iglesia), del Estado vaticano y del Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado banco del Papa. La primera de dichas comisiones y también la de más relieve, integrada por ocho cardenales de todo el mundo

-cuatro de ellos papables en el pasado cónclave-, se reunirá en Roma a principios de octubre.

LOS TEMAS MÁS PELIAGUDOS / Primero como viceministro de Exteriores y después como nuncio en Nigeria, México y ahora en Venezuela, por las manos de Parolin han pasado algunos de los expedientes más delicados de la diplomacia vaticana. Entre ellos el acercamiento y posterior establecimiento de relaciones diplomáticas con Vietnam, la convivencia entre católicos y musulmanes en Nigeria, la compleja relación con China y el embrollo fiscal con Israel a causa de los seculares privilegios católicos en Tierra Santa.

Como nuncio tuvo que sortear también el anticlericalismo mexicano -la Constitución de ese país vetaba las relaciones con el Vaticano-, y a Caracas fue enviado con el objetivo de afrontar las convulsas relaciones del caudillo Hugo Chávez con la jerarquía católica local.

En el Vaticano se considera a Parolin un heredero de la antigua y afianzada diplomacia papal, que en tiempos modernos tuvo al difunto cardenal Agostino Casaroli como punto de referencia. Casaroli fue el diplomático que abrió brecha para las relaciones con la URSS en plena guerra fría y el portavoz de Juan XXIII durante la crisis de los misiles en Cuba (1962), que llevó al planeta al borde de la tercera guerra mundial, y para la que el Papa y Casaroli sugirieron una vía de solución al presidente Kennedy.

LOS OBISPOS / La tesis de licenciatura de quien ayer se daba por seguro que será el nuevo secretario de Estado fue dedicada al Sínodo de los Obispos, institución creada por el Concilio Vaticano II para asesorar a los papas sobre los temas más cruciales del panorama mundial. Todo apunta a que reforzar el papel de los obispos será una de las claves de la reforma del Gobierno de la Iglesia.

Parolin relevará al cardenal Bertone, que está por cumplir los 79 años y que había presentado su dimisión a los 75, como prescribe la ley vaticana. Bertone mantendrá el cargo de camarlengo, que le convierte en regente del Vaticano en caso de muerte del Papa, y también seguirá como miembro de la comisión de cinco cardenales que vigila el IOR, sobre el que en diciembre Moneyval (organismo del Consejo de Europa contra el blanqueo de dinero) dará a conocer si ya ha alcanzado todos los parámetros de transparencia.