EMERGENCIA SOCIAL

La PAH después de Colau

Regateando el calor 8 Una de las familias realojadas en el edificio de la Bordeta se refresca en la terraza, el pasado lunes.

Regateando el calor 8 Una de las familias realojadas en el edificio de la Bordeta se refresca en la terraza, el pasado lunes. / ARCHIVO / ALBERT BERTRAN

TONI SUST / BARCELONA

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Cuando la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ocupa una agencia bancaria para protestar contra una entidad, seis o siete de sus miembros entran antes que el grueso ocupador. Hacen consultas a empleados de la casa y ven cómo está el terreno. Así actuó Carlos Macías el día que participó por primera vez como portavoz de la PAH en una de esas acciones. Macías entró, se sentó ante un comercial y, antes de que pudiera decir nada, el empleado del banco le miró y le dijo: «Carlos Macías».

Ya está, me han pillado, pensó el portavoz de la PAH. La policía, la secreta, se dijo, sorprendido. Pero no, solo fue un capricho del azar. El comercial se llamaba como el portavoz de la PAH, Carlos Macías, y se estaba presentando. Macías, el que no trabaja en el banco, lleva cuatro años en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Sin que estuviera planificado, acabó de portavoz, sustituyendo a Ada Colau. Mediáticamente, no es que sea un relevo complicado, porque nadie espera que nadie iguale el perfil de presencia de Colau en los medios de comunicación. Macías puntualiza que cuando ella iba a un debate en televisión eso respondía a una decisión del colectivo.

Ahora ella está en la Administración, el otro lado. La PAH, sostiene Macías, no dejará de exigir nada porque la alcaldesa sea ella, y ahora la demanda es de ayuda en relación con uno de los bloques de la obra social de este colectivo: el bloque de la Bordeta, en la calle de Hostrafrancs, en el que están realojadas siete familias, algunas con niños. Vienen de diferentes situaciones: hace años que la PAH atiende no solo a afectados por impago hipotecario, sino también por el impago del alquiler y provenientes de antiguas ocupaciones.

DEUDA INASUMIBLE

La PAH pide ayuda al consistorio y a la Generalitat para parar una orden de desahucio que pesa sobre las familias de la calle de Hostafrancs, pese, recalca Macías, a que el edificio está bajo control de la Sareb, el famoso banco malo, aunque la propiedad sigue recayendo en la promotora, porque la Sareb no ha ejecutado el crédito de seis millones de euros que debe la empresa promotora, Nyala 2006. Algo que Macías define como «una trampa legal». La deuda llama la atención, porque en el inmueble hay 12 pisos, lo que supone 500.000 euros por piso, que de forma evidente es mucho más del valor que tienen las viviendas. El edificio no se llegó a acabar, por poco. El ascensor luce, pero cerrado: no funciona. Faltan sanitarios, arrancados. Ha estado vacío durante ocho años (en el 2011 fue ocupado durante unos días por el 15-M). Con todo, Macías explica que no se trata de retener el edificio, sino de garantizar el realojo a los afectados. Si hubiera una alternativa razonable para las siete familias, no habría problema en cambiar. Ese es el objetivo: lograr más pisos. Y aquí hay una demanda a Colau.

«No esperamos que la alcaldesa esté cada día parando un desahucio, pero sí que trabaje para que haya más pisos para los desahuciados», dice Macías, aludiendo a la ley que penaliza a los bancos por tener un piso vacío más de dos años. En tiempos de Xavier Trias el consistorio halló 16 pisos vacíos de entidades bancarias, un número anecdótico, y no sancionó. Macías cita el calendario que cree que debería seguir el Ayuntamiento de Barcelona de la mano de Colau: «En tres meses podemos tener un censo de pisos vacíos. En menos de un año deberíamos tener las primeras sanciones».