Padres del colegio que expulsó a 3 alumnos de 9 años por 'bullying' apoyan la sanción

Muchos padres del colegio Aldric de Cassà de la Selva (Gironès) están a favor de la decisión del centro de expulsar una  semana a tres alumnos de 4º de primaria (de  9 años) por haber acosado a un compañero. “Yo sé lo que es sufrir acoso escolar y se pasa muy mal. Me cambiaron de colegio y al final tuve que hacer frente al problema yo solo. Ojalá hubiera tenido entonces el apoyo que ha tenido este niño”, afirma Manel, uno de los padres que hace piña con el equipo directivo.

Su opinión es compartida por Montse Moreno, una profesora de instituto que lleva sus tres hijos al mismo colegio. “Si los han expulsado es porque hay algún motivo”, afirma. La profesora no entiende que las familias de los expulsados se planteen denunciar la actuación del centro. “Si alguno de los acosadores fuera hijo mío, estaría muy preocupada”, insiste.

PELEAS Y WHATSAPP

Las agresiones denunciadas fueron golpes y mensajes de Whatsapp, una circunstancia que ha sorprendido a varios progenitores porque consideran que no es conveniente que niños de 9 años tengan móvil y acceso a las redes sociales.

Manel, que prefiere mantener en el anonimato su apellido, también asegura que en este caso “no ha habido racismo”, y que el hecho de que la víctima sea de origen magrebí no ha sido la causa de los posibles malos tratos.

FALTA DE COMUNICACIÓN

Pero no todos los progenitores están de acuerdo. Algunos consideran que todavía “hay mucho racismo” en la sociedad y que los padres “son un ejemplo para los hijos”. Rita Ribes es una de las madres que ha expresado cierta crítica con la decisión del colegio. “Creo que ha faltado comunicación. Los padres de los niños a los que se culpa del acoso se quejan de que se les ha expulsado sin avisarles a ellos previamente de lo que estaba ocurriendo”, afirma.

La Conselleria d’Ensenyament ha enmarcado la expulsión en la “autonomía del centro” para tomar medidas tras detectar “un caso grave”. El departamento ha insistido en que los servicios de inspección ya están actuando y tienen la situación “encarrilada”.