PLANTÍGRADOS EN EL PIRINEO

El osezno extraviado

Técnicos del Vall d'Aran luchan para que una hembra de tres meses que apareció perdida en el núcleo urbano de Aubèrt se reencuentre con su madre

La pequeña osa extraviada.

La pequeña osa extraviada.

EVA VISA
LLEIDA

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Una cría de oso pardo del Pirineo leridano busca desesperadamente a su madre. Tras muchos días de hibernación y por motivos que aún se desconocen, madre e hija se separaron hace una semana. Desde entonces, el cachorro, una hembra de unos tres meses, ha visitado en dos ocasiones el núcleo urbano de Aubèrt (Vall d'Aran). Los técnicos de Medio Natural del Conselh Generau d'Aran lo han soltado en diferentes bosques de la zona frecuentados por osos adultos para que se produzca el reencuentro con su progenitora. El último intento fue ayer, tras reaparecer el pequeño plantígrado en Aubért el lunes.

Un pintor de la localidad, Antonio Ruiz, fue el primero que dio la voz de alerta. Lo último que esperaba encontrarse el pasado jueves en el patio de su casa era un osezno. «Eran las seis de la madrugada. Unos ruidos extraños, como si alguien arañase plásticos y maderas, me sobresaltaron», explica. «Me asomé a la ventana y lo primero que pensé fue que era un perro, pero después vi que se trataba de un oso pequeño», relata aún incrédulo. A continuación bajó a la calle, se acercó al animal y le puso una caja encima. De inmediato, alertó a los guardas forestales del Conselh Generau, que cogieron la cría para trasladarla de nuevo a la montaña. Sin éxito.

Desde entonces, el Gobierno aranés intenta que el animal se reencuentre con su madre. «Las próximas horas son trascendentales para su supervivencia», afirma el responsable de Medio Natural del Conselh Generau, Ivan Afonso, quien explica que no es habitual que las madres se separen de sus crías, a no ser que se encuentren con un macho, que las mata o ahuyenta para que entren en celo. «Estamos proporcionándole la alimentación mínima, cada dos o tres días, sin que note la presencia humana», añade. Los guardas han colocado un chip al osezno para tenerlo localizado y han tomado muestras genéticas para conocer la identidad de la madre, que no creen que haya muerto.