La reacción política

La oposición avala con matices la lotería propia como una vía de ingresos

Una máquina digital de juegos de Loteria de Catalunya, en un quiosco de Barcelona.

Una máquina digital de juegos de Loteria de Catalunya, en un quiosco de Barcelona.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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El manual de instrucciones de los partidos de la oposición dispone, en su artículo primero, que toda actuación del gobierno al que se controla será juzgada, de entrada, siempre con un tono negativo, aunque en el fondo se comparta lo decidido.

Ayer pareció funcionar a la perfección este axioma. Los grupos criticaron con severidad al Ejecutivo de Artur Mas al trascender, según avanzó EL PERIÓDICO, que la Generalitat organizará una lotería de Navidad propia el 31 de diciembre con la que competirá con el clásico Gordo de las Loterías y apuestas del Estado. Hubo críticas de todo tipo por las formas, por el contexto, por no elaborar el presupuesto de la Generalitat y allí incluir la medida... Pero en la práctica solo ICV-EUiA y Ciutadans rechazaron la medida.

Socialistas, populares y especialmente el socio del Govern, ERC, evitaron poner reparos a la creación de la nueva herramienta de juego. Los republicanos, en palabras de su secretario general adjunto, Lluís Salvadó, afirmaron algo obvio: que la lotería no solucionará por si sola los problemas de financiación de la Generalitat. «Pero gota a gota se llena el vaso», dijo Salvadó.

Una interpretación bastante más benevolente que la de los socialistas. No, tampoco el PSC rechazó frontalmente la decisión del Govern de implantar la lotería de Cap d'Any, pero el portavoz socialista, Jaume Collboni, no quiso que ello pareciera un aval. «Queremos pensar que la lotería no sea la solución de Convergència a los problemas de ingresos del Govern ni la única propuesta a este respecto», afirmó. Collboni aprovechó de nuevo para lamentar que este tipo de propuestas, y todas las referidas de gastos y entradas de dinero en las arcas públicas no se puedan discutir en un debate de presupuestos, dado que el Ejecutivo de Mas ha prorrogado los del pasado año. Pero repreguntado sobre si el PSC rechaza la nueva lotería, zanjó: «Nos parece una vía más, complementaria, pero no la respuesta» a las necesidades económicas de la Generalitat.

IRSE DE ESPAÑA PERO IMITARLA / También el PP criticó al Govern pero evitó mostrar su oposición a la lotería. El portavoz parlamentario Santi Rodriguez se quejó de la falta de debate previo sobre esta decisión, a la que restó trascendencia calificándola de «anécdota». El PP no desaprovechó la ocasión para ironizar sobre el hecho de que «quienes dicen que se quieren ir del Estado» hagan «seguidismo» respecto a uno de los ingredientes españoles, las Loterías y Apuestas del Estado. Pero los populares también optaron por situarse de perfil ante la noticia. «La Generalitat tiene competencias para ello, no vemos ningún inconveniente en ello», zanjó Rodriguez, quien sonrió al ser preguntado sobre si este nuevo juego de azar puede hacer sombra en cuanto a ingresos a la Lotería de Navidad.

Los grupos más combativos fueron los ecosocialistas de ICV-EUiA y Ciutadans. La coordinadora nacional de Iniciativa, Dolors Camats, afirmó que «si no fuera porque estamos en agosto, parecería una inocentada». «Que en lugar de plantear una nueva fiscalidad se inventen una lotería parece una broma de mal gusto, que no nos tomen el pelo», denunció la dirigente de ICV.

Camats se quejó de que el Govern no haya cumplido con las promesas de promover una tasa a las grandes fortunas o recuperar parte del impuesto de sucesiones. También afeó a la Generalitat que no se emplee a fondo en cuanto a la lucha contra el fraude fiscal y la corrupción. Ciutadans, en un sentido similar y más sarcástico, acusó al Govern de «fiar su futuro al azar y el juego». El diputado Jordi Cañas recordó la reciente decisión del Ejecutivo de Mas de rebajar las tasas que se imponen en los casinos.

Donde sí hubo unanimidad en la oposición -salvo ERC- fue a la hora de mostrar la sorpresa por la noticia, que llega inmediatamente después de confirmarse que el Govern no llevará al Parlament los presupuestos del 2013. Ello generó la misma protesta ayer en todos los grupos: vías de ingresos adicionales como la de un nuevo tipo de juego de azar son uno de los ingredientes básicos del debate presupuestario que los partidos reclamaban al Govern en el Parlament.