Operados en la playa

Programas y dispositivos 'engañan' al paciente para que se relaje y ayudarle a vencer miedos y fobias

TRATAMIENTO DE LAS FOBIAS. Personal de Psious muestra cómo regula en su pantalla el terapeuta el programa que simula la cabina de un avión a un paciente fóbico.

TRATAMIENTO DE LAS FOBIAS. Personal de Psious muestra cómo regula en su pantalla el terapeuta el programa que simula la cabina de un avión a un paciente fóbico.

C. J.
BARCELONA

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Las gafas de realidad virtual, que recrean un mundo en el que el usuario se sumerge como si fuera otro planeta, permiten distraer al paciente que entra en el quirófano o hacer creer al médico que está en uno. Así lo están experimentando tanto Facebook con sus Oculus Rift como Google con su Cardbox.

En España, la pionera ha sido Droiders, una empresa murciana con sede también en Silicon Valley. «La primera vez que usamos realidad aumentada fue con una paciente que tenía fobia al quirófano. Tenía más de 70 años y pedía anestesia general para una endoscopia de rodilla, que a su edad era un riesgo, así que le propusimos operarla en una playa, virtual, por supuesto», explica Ignacio Navarro, responsable de desarrollo de negocio en Droiders.

«Le hicimos un cuestionario para ver qué le gustaba y la relajaba. Y nos contestó que estar en la playa de noche, los fuegos artificiales, las lluvias de estrellas y la música clásica. Y le montamos una aplicación que le reprodujo todo eso: una playa con globos, ruido del mar, estrellas y Chopin. Estaba encantada», recuerda.

Otra posible aplicación es el tratamiento de las fobias, como el miedo a volar, a los insectos, a los espacios abiertos, o cerrados o a las alturas, para los que se necesita la implicación del paciente. Una empresa catalana, Psious, ofrece unos simuladores basados en gafas de realidad virtual -en realidad, un móvil sobre una carcasa- que reproducen situaciones relacionadas con la fobia.

Inmersión

«El paciente se pone unas gafas que le sumergen en un entorno con la situación que se quiere tratar y el psicólogo controla el programa desde su ordenador y va midiendo las respuestas», explica Isabel Font, jefa de producto en Psious, que entró en el tratamiento de las fobias porque uno de sus fundadores tuvo miedo a volar y pensó que podía mejorar el tipo de terapia que se utilizaba.

El programa de Psious, pensado para que se pueda aplicar en un despacho, se personaliza a medida del paciente, con estímulos como voces, personas, lluvia, día o noche, y permite al terapeuta compartir notas o graduar la intensidad del estímulo o su repetición. «Si un tratamiento antifobia convencional suele durar no menos de ocho semanas, ese puede durar entre cuatro y seis sesiones», señala Font. El terapeuta también tiene en cuenta las reacciones físicas del paciente a través, por ejemplo, de la transpiración, gracias a sensores que se le aplican.

Otras empresas también han tratado con realidad virtual el miedo al dentista, proyectando películas o entornos agradables al paciente que le hagan olvidarse de dónde está, explica Jose Pereira, responsable de instrumentos virtuales de Epson.

Y con realidad virtual se está tratando el ojo vago en niños, a los que se aplica un tratamiento con gafas conectadas que simula un videojuego y que les exige entrenar la visión para que sea completa. «Con 15 minutos cada día se llega a recuperar el ojo vago», explica Aline Noizet, de Health 2.0. «Esta todo un poco verde, pero que todas posibilidades sean una realidad asentada está más cerca de lo que nos pensamos», afirma Josep Galera, de Epson.

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