La ONU exige al Vaticano la entrega inmediata de los curas pederastas

Ni antes con Benedicto XVI, ni ahora con Francisco, el Vaticano ha entendido «el alcance» de la pederastia a manos de sacerdotes, ni ha adoptado «medidas suficientes» para acabar con esta plaga y con el encubrimiento de los responsables. Esta es la principal conclusión a la que ha llegado el comité de 18 funcionarios de las Naciones Unidas que, por primera vez desde que se destapó el fenómeno de los abusos cometidos por religiosos, ha evaluado la respuesta que ha dado hasta ahora la Santa Sede a las denuncias. En un informe de una dureza sin precedentes, el Comité de la Convención de Derechos del Niño, con sede en Ginebra, exige al Vaticano que «expulse inmediatamente a los sacerdotes sospechosos» de pederastia y los ponga a disposición de la justicia.

El comité de la ONU se muestra «gravemente preocupado» por el hecho de que la inacción del Vaticano haga posible que se esté violando la Convención de los Derechos del Niño. Aunque admite progresos -la Santa Sede viene endureciendo su legislación de protección de menores desde el 2010-, el organismo de las Naciones Unidas denuncia que ninguna de las medidas adoptadas es concluyente, lo que favorece «la continuación de los abusos y la impunidad de los perpetradores». El Vaticano -afirma- «ha dado más prioridad a preservar la reputación de la Iglesia que a los derechos de los niños».

EL LÍMITE DEL VATICANO / Aunque, en opinión del comité, la Santa Sede avanzó al tipificar en junio pasado como delito la violencia sexual, la prostitución y la posesión de pornografía infantil, esta medida solo se aplica a los funcionarios vaticanos, razón por la que la ONU la rechaza. Y es que, tradicionalmente, la Iglesia se ha acogido al argumento de que solo puede responsabilizarse penalmente de lo que sucede dentro de las fronteras del pequeño Estado vaticano. Lo que es un punto clave, pues las víctimas reclaman que se haga cargo, incluso, de las indemnizaciones que dicta la justicia por los abusos cometidos por cualquier clérigo.

«Las mismas leyes deben aplicarse al Vaticano y al resto de instituciones y personas bajo su autoridad», escriben los expertos, citando el Derecho Canónico, que establece que todos los miembros de la Iglesia están bajo la potestad del Papa. Y, en lo que parece una apelación moral, casi ética, de la agencia internacional al Vaticano, el informe advierte. «La Santa Sede ha firmado acuerdos con algunos estados, en particular Italia, que garantizan la impunidad de funcionarios vaticanos (...) Estos tratados se tienen que revocar».

«DECENAS DE MILES DE CASOS» / Y aún más. El informe alude a «decenas de miles de casos» de abusos sexuales contra niños cometidos por miembros de las iglesias católicas que operan bajo la autoridad de la Santa Sede y denuncia «la transferencia» de los responsables de una diócesis a otra, lo que «ha permitido a muchos sacerdotes mantenerse en contacto con niños y seguir abusando de ellos». «El Vaticano ha mantenido políticas y prácticas que han llevado a perpetuar los abusos», explicó ayer una portavoz del comité.

Como solución, la ONU pide la creación de mecanismos para que se puedan reunir, de forma «sistemática», todos los datos sobre los abusos del clero y sobre lo que ocurre antes y después del descubrimiento de estos delitos. Y añade que es necesaria «la inmediata y total difusión» de la información que posee hoy la Santa Sede «sobre la venta y prostitución de niños y la pornografía infantil». Algo que implica que la Santa Sede -que hasta ahora ha dado datos no siempre coincidentes y a menudo vagos, como que entre 6.000 y 20.000 curas habrían cometido delitos de pederastia- abra sus archivos.

Ante todo esto, ayer, la respuesta del Vaticano fue muy escueta. Las conclusiones de la ONU «serán sometidas a minuciosos estudios y exámenes», dijo en un comunicado. Los responsables vaticanos «han trabajado y están trabajando mucho», afirmó posteriormente el portavoz Federico Lombardi.