SEGURIDAD VIAL EN LA CAPITAL CATALANA

Sublevación motera por las obras de la Gran Via

El guardarraíles de la Gran Via, entre las plazas de Espanya y Cerdà, para separar el tráfico de las obras, ayer.

El guardarraíles de la Gran Via, entre las plazas de Espanya y Cerdà, para separar el tráfico de las obras, ayer.

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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Los trabajos de asfaltado del carril bus de la Gran Via entre las plazas de Espanya y Cerdà en el lado montaña, iniciados el lunes, levantaron ayer una encendida protesta en las redes sociales por la instalación de guardarraíles metálicos, los llamados quitamiedos, para separar la zona de las obras de la destinada al tráfico. El Ayuntamiento de Barcelona, según explicó un portavoz, optó por esta solución porque ocupa muy poco espacio y permite mantener la circulación en los dos carriles. Este tipo de barreras, sin embargo, crea peligro en caso de impacto de alguna motocicleta y es denunciada por los conductores de las dos ruedas porque causa heridas graves al empotrarse el motorista entre las piezas de acero. Para reducir el riesgo se colocan planchas protectoras en la parte inferior del guardarraíles con lo que se cierra la barrera. El consistorio explicó que hoy mismo por la noche se instalarán estos faldones para "optimizar la seguridad".

Quejas de concejales

Entre las protestas que inundaron la red había mensajes de denuncia de los quitamiedos de los concejales de CiU Francina Vila, del PP Alberto Fernández y de la CUP Josep Garganté. Todos criticaron que los guardarraíles suponen un peligro y destacaron la necesidad de erradicar estos muros metálicos de la red viaria.

El ayuntamiento se justificó indicando que si se hubieran colocado los tradicionales separadores de hormigón o de plástico relleno de arena conocidos como New Jersey, que tienen forma de pirámide, habría sido necesario cerrar al tráfico uno de los dos carriles del lado montaña a causa de la amplitud de la base de estos soportes. Dejar la Gran Via con un solo carril en sentido L'Hospitalet crearía atascos importantes, añadieron las fuentes municipales.

Ante las quejas, el consistorio reaccionó con la solución intermedia de los faldones. Las obras de asfaltado del carril bus entre la plaza de Espanya y la calle de la Química, al lado de la plaza de Cerdà, está previsto que acaben a final de agosto. Este carácter temporal ha llevado también a los técnicos municipales a optar por los quitamiedos.

Otra de las justificaciones del consistorio es que dentro de la ciudad la velocidad màxima permitida es de 50 kilómetros por hora lo que reduce el peligro así como que el tramo afectado es recto en su totalidad. En las carreteras, estos faldones de plancha se van colocando desde hace unos años de forma preferente en las curvas con el objetivo futuro de que lleguen a extenderse a toda la red viaria.