DOCUMENTO OFICIAL

Los obispos cargan con dureza contra la corrupción y la desigualdad

La Conferencia Episcopal critica "la idolatría de los mercados"

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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El Papa Francisco logra poco a poco que su cambio de discurso cale en los obispos españoles. En un duro documento aprobado por el pleno de la Conferencia Episcopal Española (CEE), esta carga contra la corrupción, la desigualdad creciente y las nuevas pobrezas. Aunque en la rueda de prensa de presentación celebrada este lunes han advertido de que no se trata de ningún documento “político”, ni mucho menos partidista”, ni va “contra nadie”, su contenido constituye una enmienda a la totalidad a las políticas económicas y sociales del Gobierno español y de la UE.

Los obispos advierten de que la corrupción “es una grave afrenta a la sociedad” , “es éticamente reprobable” “provoca alarma social” además de constituir “un grave pecado”. Según el portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, se trata de “una grave deformación del sistema político” que debería regirse por “la transparencia y la honradez”.

“La acumulación de los bienes en pocas manos es una grave injusticia, pues la propiedad privada está orientada al bien común”, critica el documento respecto a la creciente desigualdad social cuyo origen encuentran los obispos en un “modelo social basado en la economía” que deriva en una “idolatría de los mercados”. Frente a ello, llaman a los políticos intervenir “para su correcta ordenación”.

INMIGRACIÓN

Mención aparte merecen los inmigrantes porque “sufren más que nadie la crisis que ellos no han provocado y los países que los reciben recortan sus derechos y limitan, también para ellos, los servicios sociales básicos”.

Frente a la inhibición tradicional de la Iglesia española en estas cuestiones, los obispos se imponen la tarea de “ejercer una caridad más profética”. “No podemos callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando se permite que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen”.

Gil Tamayo ha calificado de “raquítica” la actuación de la Unión Europea (UE) en el drama de la muertes en el Mediterráneo y la ha contrapuesto a la de un país como el Líbano que “ha aceptado acoger un millón de refugiados”. También ha anunciado que Cáritas España ha activado un fondo de emergencia de 100.000 euros para atender las necesidades más inmediatas de las víctimas del terremoto de Nepal.

La Iglesia española exige, para salir de esta situación, "una profunda regeneración moral" de las instituciones, colocando en el centro del sistema a la persona y al "destino universal de los bienes", así como "solidaridad".