ALERTA ALIMENTARIA

Los microplásticos ingeridos por peces y mariscos amenazan la salud humana

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Nueva alerta alimentaria. El grupo ecologista Greenpeace ha advertido este jueves del peligro creciente que entraña la entrada en la cadena alimentaria humana de pequeñas porciones de plástico, los denominados microplásticos, a través del consumo de peces y mariscos que los han incorporado a su organismo en el mar. Diversos estudios científicos publicados en los últimos años y recopilados ahora en un informe por la organización verde revelan la presencia de este material perjudicial para la salud humana hasta en 170 especies marinas, entre las que figuran los mejillones, las ostras, los atunes y la caballa.

Los microplásticos tienen un tamaño inferior a los cinco milímetros pero en algunos casos son microscópicos, es decir, invisibles al ojo humano. Pueden proceder tanto de la descomposición de envases u otros plásticos más grandes, como de unas microesferas que se utilizan en productos cosméticos, dentífricos, abrasivos industriales o detergentes para lavavajillas. En Estados Unidos las microesferas ya han sido prohibidas, mientras que otros países occidentales como el Reino Unido, Australia y Francia se lo están planteando, pero en España ni siquiera se ha abierto el debate, según denuncia Greenpeace.

La oenegé ha estimado que el número de partículas de microplásticos diseminadas por todos los océanos puede oscilar entre los cinco y 50 billones. Hay que tener en cuenta que un solo bote de crema exfoliante puede contener millones de microesferas que se van por el desagüe y no pueden ser eliminadas por los filtros de las depuradoras dado su pequeño tamaño.

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"Los océanos se están convirtiendo en el vertedero del plástico que inunda la sociedad actual. Unos 8 millones de toneladas de plástico entran en nuestros océanos cada año, y ya sea en forma de microesferas o de envases de plástico, la ciencia nos demuestra que se están incorporando a la cadena trófica. Es un bomba de relojería tóxica", ha alertado Elvira Jiménez, responsable de océanos de Greenpeace, que ha anunciado también la puesta en marcha de la campaña 'Mejor sin plásticos' que su organización llevará a cabo durante las dos próximas semanas.

LA UE ESTUDIA TOMAR MEDIDAS

La Comisión Europea ha respondido a Greenpeace este mismo jueves que “analiza si es necesario tomar medidas para reducir la cantidad de microplásticos en los productos comerciales”. “La Comisión reconoce la amenaza que la basura marina en general y los microplásticos en particular representan para el ecosistema marino, los animales marinos y, potencialmente, para la salud de los seres humanos", ha señalado en rueda de prensa el portavoz del Ejecutivo comunitario, Enrico Brivio. Las medidas que se decida adoptar estarán recogidas en la Estrategia de Plásticos, que la Comisión Europea presentará "en los próximos meses", ha añadido.

Los plásticos de gran tamaño causan graves daños, muy a menudo la muerte, a aves marinas, cetáceos, tiburones y tortugas. Los microplásticos no tienen un efecto tan visible pero son más dañinos, según Greenpeace, porque debido a su pequeño tamaño "afectan a muchas más especies". Incluso se han hallado partículas en el fitoplancton, del que se nutren muchos seres vivos. Los mariscos de concha como los mejillones y las ostras los retienen durante el filtrado del agua con el que se alimentan. Hay incluso algunos peces de pequeño tamaño que los ingieren al confundirlos con huevas, según el informe.

SUSTANCIAS TÓXICAS

La mayoría de los estudios han detectado la presencia de estas partículas en los intestinos de los animales pero también en algunos otros tejidos como el hígado. Su principal efecto negativo en la salud de los peces e invertebrados es el bloqueo intestinal, dificultades en la reproducción y un debilitamiento que los hace más vulnerables a los depredadores. También pueden sufrir potencialmente efectos tóxicos cuyo alcance aún se desconoce. Hay que recordar que algunos plásticos liberan sustancias tóxicas, ya sean propias o absorbidas durante los años que han permanecido en el agua, como los plaguicidas.

De lo que no hay aún ningún estudio es del efecto que pueden tener en la salud de las personas que consuman los pescados o mariscos contaminados. “En principio, si se consume puntualmente el plástico sería eliminado por el intestino, pero una ingesta continuada podría tener potencialmente los mismos efectos tóxicos que en los animales”, ha apuntado Elvira Jiménez.