UN ESTILO DE VIDA EN ALZA

Nómadas digitales

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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¿Alguien no soñó alguna vez con pasarse la vida viajando y veía cómo la coyuntura no ayudaba y quedaba todo en una promesa para la jubilación o un año sabático? Pues hoy, gracias a internet, hay bastante gente que trabaja mientras viaja. Sin casa, con un equipaje liviano a cuestas, un ordenador y un móvil, buscando una red desde donde conectarse para trabajar y un apartamento donde instalarse por unas semanas, profesionales de todo el mundo y todas las edades pasan años de su vida en vuelos baratos, con maletas de ruedas y equipos caros. Son los nómadas digitales, que han hecho del portátil y la wifi su forma de vida.

El perfil más habitual es el de un varón o una pareja que trabajan como autónomos y en profesiones en las que es factible el teletrabajo: programadores, diseñadores, traductores, escritores, gestores de comunidades 'on line'… Suelen estar un par o tres de meses en cada destino, donde alquilan un apartamento, muchas veces compartido, y buscan las mil y una formas de conocer gente: se apuntan a un espacio de 'coworking'aparecen en los grupos de Meetup, asisten a conferencias y reuniones. Todo menos quedarse encerrados entre cuatro paredes. Un perfecto inglés les sirve de 'lingua franca'.

«Un nómada digital no es un turista, busca un vínculo con la comunidad que le aloja, conocer gente, hacer negocios. La mayoría son 'free-lance' o han creado su propia empresa, pero también hay empleados de grandes compañías que pueden trabajar desde su casa y a veces ni sus jefes saben dónde están», afirma Stefano Borghi, fundador de la empresa Copass, que ofrece bonos para espacios de 'coworking', el lugar más solicitado por los nómadas digitales.

Su percepción es que se trata de una forma de vida en alza en los dos últimos años. «Calculo que hay unas 6.000 u 8.000 personas haciendo esto en todo el mundo», especula.

Este verano, Berlín acogerá la primera conferencia internacional de nómadas digitales, DNX Global, en la que varios nómadas conocidos explicarán sus experiencias personales y cómo han creado su propia marca. Se esperan 500 personas y ya se han apuntado 250, entre ellas 30 españoles, una nacionalidad que todavía no se ha apuntado con entusiasmo al carro del nomadismo digital, aunque hay casos, sobre todo entre programadores informáticos.

MARCA PERSONAL

El congreso hará énfasis especial en cómo crear marca personal, cómo darse a conocer y retener clientes con los que solo se habla por videoconferencia. «Necesitas trabajar tu reputación 'on lin'e, ser sincero y transparente en lo que haces. Los clientes han de confiar en ti, independientemente de dónde trabajes, y hay que atenderles cuando lo necesitan. Y has de ser muy productivo si quieres dedicar pocas horas al trabajo», asegura Marcus Meurer, responsable del congreso, desde la playa de Tarifa (Cádiz). «Esto fue lo que nos inspiró a organizar el congreso: para nosotros es importante conocer a otra gente con la misma forma de vida y no sentirnos solos», dice este asesor de márketing que lleva años recorriendo el mundo con su pareja y pasando el verano en Berlín, la ciudad de su empresa.

La novedad de este tipo de planteamientos ha hecho que muchos nómadas digitales se dediquen a dar conferencias en congresos o eventos dedicados al crecimiento personal y la innovación como la plataforma TED, y hayan hecho de esto una fuente de ingresos o de alojamiento gratuito. Es el caso de personas como Natalie Sisson, una neozelandesa que lleva viajando desde el 2006 y que escribe el blog 'The suitcase entrepreneur' (La emprendedora de la maleta), del que ha salido un libro con el mismo título que ha sido 'bestseller' en Amazon. A través de su web enseña a otras personas, con cursos de vídeo y 'podcasts' de pago, cómo llevar su propio negocio en internet.

O de otro gurú, el estadounidense Coddy McKibben, que dirige 'on line' la Digital Nomad Academy, donde imparte cursos para convertirse en nómada en los que avisa de que vivir así requiere «dedicación y esfuerzo», pero puede ser «más barato que tener casa y coche» y se puede ahorrar dinero, un extremo en el que coinciden otros nómadas, que aseguran que su forma de vida es «sostenible».

«No todo el mundo sirve para ser nómada perpetuo, hay que lidiar con las zonas de confort y la incertidumbre», advierte el bloguero checo Robert Vlach, que ha montado oficina en Canarias.

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