ANTICONCEPTIVO POLÉMICO

"No somos unas histéricas"

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María G. San Narciso / Madrid

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Teresa Prados, con 35 años y tres hijos, decidió en el 2014 que no quería tener más niños. Su ginecólogo le habló del 'Essure', un dispositivo irreversible que se coloca sin las molestias de una ligadura de trompas. Sin efectos secundarios.

Así que se implantó los muelles. Después comenzaron las molestias. Tenía hemorragias diarias. Tras varias pruebas médicas le dijeron que no tenía nada, que sería la edad. Y, si no, pues las hormonas. "Entonces empecé con infecciones de orina, se me hinchaba el abdomen como si estuviese embarazada, tenía pinchazos en los ovarios, nauseas, me levantaba cansada…", relata.

Una compañera le contó que había mujeres que estaban igual tras colocarse el Essure. Investigó y habló de su problema con varios médicos, pero todos le negaron que los muelles fueran los culpables. El día que se le paralizó el cuerpo de cintura para abajo explicó en el hospital que era portadora de Essure y que estaba en lista de espera para quitárselo. Pero los médicos apuntaron a una enfermedad de transmisión sexual, aunque ella afirmase que tenía pareja estable. Dio negativo. Cuando por fin le quitaron los muelles, vieron que uno estaba clavado en el útero. También tenía endometriosis y adenomiosis.

Trato apático

Prados es coordinadora en Barcelona de Libres de Essure, agrupación que engloba a unas 40 mujeres catalanas que denuncian casos parecidos: síntomas que les impiden tener una vida normal y un trato que tachan de apático por parte de médicos que casi las tildan de histéricas.

Una de ellas es Vanessa Vaca. Tras dar a luz a la tercera niña, su comadrona le recomendó el anticonceptivo. Fue a finales del 2015. Después de año y medio en lista de espera acudió al Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Allí preguntó por los efectos secundarios que ha leído. "Me dijeron que lo último que tengo que hacer es mirar internet porque lo exagera todo", afirma.

Se lo colocó el pasado 15 de febrero. "Me dieron un papelito para que firmase que sabía que era un método irreversible, pero no ponía nada de esos efectos". Salió del hospital solo con el muelle derecho. Se desmayó antes de que le pusieran el izquierdo. Le dieron cita a los 15 días y, con muchas dudas, también se lo pusieron. Esta vez no hubo ningún problema.

Barriga

"Desde el primer día me encuentro fatal. El 15 de mayo, en la revisión de los tres meses, me descubrieron un dermatoma de casi ocho centímetros en el ovario derecho", dice. "Dejé mi trabajo. No puedo conducir. No puedo ni sentarme porque cuando me quiero levantar no puedo de dolor, de los pinchazos, es horrible. Llevo desde entonces tomando medicación, me he echado a perder el hígado, los calambres me llegan hasta la barriga...", relata. Dolores que le achacan al tumor. Incluso un médico le llegó a decir que lo mejor era que adelgazase. Aunque la barriga también apareció con el Essure.

Rosa María Antón explica que ella es una de las afortunadas. Entre comillas. Se colocó los muelles en julio del 2016 y se los quitaron a los cuatro meses. "En ese tiempo pelar patatas ya era un dolor terrible en las articulaciones. No podía ni coger a mis hijas. Sentía dolor en la cabeza, debajo del abdomen, en la zona pélvica. Era diario y continuo".

Iba casi todos los días al médico para pincharse codeína. Algunos informes médicos apuntaban a un posible rechazo al Essure, pero creían que era cuestión de que el cuerpo se adaptara. "Hasta que pude hablar con el doctor que me lo colocó. Llorando le dije que ya no era el dolor, sino que me perjudicaba toda la vida. No podía ni mantener relaciones sexuales", dice. El facultativo accedió a quitarle los muelles.

Otra compañera, Mónica Alcázar, tenía tantos dolores que le diagnosticaron fibromialgia. La menstruación le había cambiado. Le hicieron una prueba de alergia al níquel en la que se vio que estaba lejos de tolerar este metal que forma parte de la composición del Essure. Pero ya era tarde. Desde hace unos días está en lista de espera para quitárselo.

Tests de embarazo

"Después del Essure engordé 10 kilos. Me han llegado a preguntar si estaba embarazada porque tengo una barriga de seis meses y solo tengo 43 años. Hasta me compré tests de embarazo. Pero cuando ves fotos de una chica de Cuenca que la tiene igual, sospechas", dice.

Por eso Campos reclama: "Igual que las prótesis de caderas son muy buenas y hay una parte de la población a la que no le van bien y hay que atenderla, deberían hacer lo mismo con nosotras, no tratarnos de menopáusicas e histéricas".