Gente corriente

Nayeli Pascual: «Tengo la gran suerte de trabajar con personas»

Me pide que ponga su segundo apellido, el materno, porque para ella es muy importante: Nayeli Pascual Salazar

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CATALINA GAYÀ

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-Es de Terrassa.

-Nací en Terrassa, pero me hicieron en México. Lo explico porque es una manera de vincularme con la identidad de mis padres: mi padre era de Almería y mi madre es mexicana. Mi padre trabajaba como ingeniero textil y viajaba por todo el mundo, mucho a Latinoamérica. Se conocieron en Puebla.

-Amor a primera vista.

-¡Mi padre estuvo un año escribiendo una carta al día hasta que mi madre le dijo que sí y se casaron en México!

-Usted trabaja como camarera y es intérprete de lengua de signos.

-¡Y soy conserje! Tengo tres minijobs y me gustan los tres. Tengo la gran suerte de trabajar con personas. A veces me sale un trabajo como conserje o un servicio de interpretación, llamo a mi jefa en el restaurante para saber si puedo entrar más tarde; ella estudió conmigo el ciclo de interpretación, se lo explico y me dice: «Claro  que sí, cari».

-Espere, espere: resumamos.

-Trabajo como camarera en Na Mindona, que es mi trabajo estable y que siento que es mi familia; trabajo como intérprete, mi vocación, y trabajo como conserje en casals de gent gran. No tiene precio estar con gente que ya ha vivido mucho. ¿Soy inestable? No lo sé: me gustan los tres trabajos. También es importante haber dicho que no a trabajos para poder hacer voluntariado. Me digo: «Ya trabajaré más el mes que viene».

-¿Cómo se forma como intérprete?

-¡Es que yo quería hacer muchas cosas! A los 18 años empecé Filología Árabe, pero ni lo ponga, porque de árabe no sé nada.

-¿Lo dejó?

-Siempre me ha encantado estudiar, pero  no volví a hacerlo hasta que me apunté  al ciclo de interpretación de lengua de signos, hace tres años. En realidad, me apunté por casualidad, y ahí he encontrado mi vocación. Un poco más tarde que mucha otra gente, pero la he encontrado.

-¿Estudió lengua catalana, castellana?

-Estudié lengua de signos catalana. En el ciclo hacemos lengua de signos española, lengua de signos catalana y sistema de signos internacional, que no es una lengua. Y eso es importante explicarlo.

-En Na Mindona yo la he visto explicar todo un menú en lengua de signos. 

-Al restaurante vienen personas sordas. He tenido la suerte de que, desde que acabé, me han ido saliendo servicios. A veces trabajas en situaciones muy duras y muy delicadas de la vida de una persona, pero también en situaciones muy especiales: he asistido a la primera ecografía de una pareja, he podido estar la primera vez que los padres escuchan el latido del corazón, tocando el  micro.

-Siga.

-Este año he trabajado en la universidad. He acompañado a una alumna que estudiaba un máster de política social especializado en perspectiva de género. ¡Imagínese qué interesante! Ver todos los ámbitos de la sociedad con perspectiva de género.

-Aun así, entiendo que dedicarse solo a la interpretación es difícil.

-Trabajar solo como intérprete es una utopía. Nuestro trabajo aún no tiene el prestigio que merecemos como profesionales, pero hacer el ciclo te cambia la vida.

-¿En qué sentido?

-Hablar con las manos y que te entiendan con los ojos, ostras, es otro tipo de comunicación. Va ligado a una cultura y al carácter de las personas sordas. Tienes otra percepción del mundo: incluso a nivel cognitivo. Cuando hablamos lengua de signos, utilizamos el área del lenguaje y sumamos a esta el hemisferio derecho, porque es donde está la parte de la psicomotricidad. Y la lengua en sí misma: ¡la gramática y la sintaxis me parecen muy interesantes!