Gente corriente

Nabil Osman: "Estoy a punto de hacer el gran viaje de mi vida"

Trece años después de intentar llegar a España en patera se incorporó a la Guardia Urbana de Barcelona

«Estoy a punto de hacer el gran viaje de mi vida»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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Nabil Osman Serghini, hoy agente de la Unitat de Suport Policial de la Guardia Urbana de Barcelona, es el mismo Nabil Osman Serghini que en 1987 construyó una patera y se hizo a la mar desde Marruecos para alcanzar la costa española. Tenía 22 años entonces y no lo consiguió, y decidió no insistir, e intentarlo por otra vía, porque se dio cuenta de que si se obstinaba, quién sabe: podía morir en el mar. «Yo tengo un lema en la vida que dice que si te salvas una vez, no tendrás otra oportunidad. Y esa vez me salvé».

-¿Estaba muy mal en Marruecos? No, mire, la verdad es que no. Era solo que necesitaba el dinero para poder hacerme policía, el soborno que tenías que pagar, así funcionaba. De lo contrario, no entrabas.

-¿Cuánto necesitaba? Unos 500 euros de la época, más o menos. Tenía un buen amigo, Mustafá, que cada año venía a España a hacer la temporada de la fruta y volvía siempre con dinero, con muy buen dinero, y yo quería hacer algo así para financiarme la entrada en la policía. Yo no tenía planes de quedarme.

-¿Construyó una patera? Con otro amigo, Hasán, discretamente. Cuando vas a hacer algo así, lo haces con discreción. La balsa la hicimos con una rueda de tractor, una red, madera y unas garrafas de aceite. Pero no llegamos a ningún sitio.

-¿Qué pasó? Pues que llegó un momento en que, no sé por qué, un bicho, una roca, nunca lo supimos, la barca se pinchó. Nos quedamos solo con las garrafas. Pero justo pasaba un barco pescador por ahí y nos recogió. Creo que no llegamos a hacer ni 200 metros.

-¿Cómo entró en España, entonces? En un ferri. En esa época no pedían visado, y poniendo en práctica una serie de trucos, pequeñas trampas, te dejaban pasar. Lo más importante era decir que ibas de paso para otro país, Francia, o más lejos.

-¿Hizo la temporada de fruta? No, me fui directamente a Puigcerdà, donde estaba instalado un primo mío, que me ayudó a conseguir trabajo, y a los 15 días ya estaba en un restaurante cortando patatas y cebollas. Estuve ahí dos meses y medio, y durante ese tiempo cambió mi manera de ver las cosas: empecé a notar la libertad, la tranquilidad de vivir aquí, las buenas cosas que en mi país no tenía, y decidí quedarme, a pesar de que eso significaba renunciar al sueño de ser policía.

-Pero es policía. ¿Cómo llegó hasta aquí? Pues mire, empecé trabajando de auxiliar de policía al servicio del Ayuntamiento de Puigcerdà. Después hice un curso y las debidas oposiciones y me convertí en agente municipal. Pasé por las policías municipales de Mollet del Vallès y de Granollers, hasta que salió una convocatoria en la Guardia Urbana de Barcelona y me presenté.

-¿Hace cuánto? En el año 2000, hace 16 años.

-Cuénteme, ¿por qué tenía tantas ganas de ser policía? No lo sé, la verdad es que es un sueño que tenía desde muy pequeño. Siempre, desde que tengo memoria, siempre había querido ser policía. Y serlo en la Guardia Urbana, en Barcelona, ¡quién se lo iba a imaginar! Es lo mejor que me podía pasar.

-Me dijeron que está a punto de hacer la peregrinación a La Meca. Sí, viajo la próxima semana. Mi primer viaje a La Meca. El hajj.

-Una obligación de todo musulmán, ¿no? Alá dice que si puedes, tienes que ir. Estoy tan emocionado que, mire, si empiezo a hablar empiezo a llorar. Es una gran ilusión, cada uno tiene el gran viaje de su vida, ¿no? Pues yo estoy a punto de emprender el mío. Habrá más viajes, claro, pero este es el mayor viaje de todos, porque no es un viaje material, es un viaje espiritual.

-¿Se está preparando? Todos los días. Cada vez que tengo un momento rezo, pido perdón, hablo con Alá, leo el Corán. Es un viaje espiritual y la preparación es espiritual.