Ordenanza del civismo

Multa de 1.125 euros por jugar a críquet en una plaza de Ciutat Vella

La Síndica de BCN considera "desproporcionada" una sanción municipal denunciada en su oficina

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Síndica de Greuges de BarcelonaMaria Assumpció Vilà, considera desproporcionado imponer sanciones de 1.125 euros por jugar al criquet en una plaza o por subir con una bicicleta a una losa de hormigón, dos casos que ha supervisado.

La síndica Maria Assumpció Vilà ha recomendado al ayuntamiento adecuar los importes de las sanciones de la ordenanza de civismo a la falta cometida y a la capacidad económica actual de la ciudadanía, sin perder la función disuasoria.

Vilà considera que hay cuantías que son del todo desproporcionadas con el hecho infractor, además de irreales en cuanto a las pretensiones efectivas de cobro si no es a costa de ocasionar situaciones de precariedad, posiblemente más graves que la afectación de los bienes que se pretende proteger.

La ordenanza de convivencia de Barcelona no prohíbe ningún juego en concreto a la vía pública, sino que define determinadas características que tienen que concurrir en un juego para prohibirlo, y considera grave si la práctica de un juego comporta un riesgo relevante para la seguridad de las personas o los bienes.

"Queda al criterio discrecional del agente denunciante decidir si la infracción comporta un riesgo relevante o no", observa en un comunicado la Síndica, que señala que de este depende considerar la infracción como leve o grave y, por lo tanto, su importe.

La síndica opina que si lo que persigue la norma municipal es disuadir de un determinado juego u ocupación abusiva del espacio público, la franja de una infracción leve, hasta 750 euros de sanción, resulta bastante eficaz y contundente sobretodo para un colectivo de practicantes, en su mayoría jóvenes con una capacidad de gasto limitado.

Maria Assumpció Vilà ha incluido esta recomendación en el informe que ha elaborado a raíz de la queja presentada por un ciudadano disconforme con la sanción de 1.125 euros que le impusieron por jugar al criquet en una plaza de Ciutat Vella.

La síndica ha concluido que, formalmente, la tramitación del expediente ha sido correcta, pero con un resultado desproporcionado, no justificado suficientemente y carente de equidad.

La defensora es también partidaria de que se promueva la revisión de la ordenanza en lo que se refiere al tratamiento de los menores y las infracciones graves para asegurar el cumplimiento de la finalidad de la norma en relación con el carácter educativo y pedagógico.

Entre los casos de personas disconformes con los importes de las sanciones por, presuntamente, vulnerar la ordenanza de convivencia, que ha supervisado este año, Vilà considera particularmente grave el de un menor de edad sancionado también con 1.125 euros por subir con una bicicleta a una losa de hormigón en una plaza de Nou Barris.

Queja de la madre del multado

La persona que puso la queja fue la madre del sancionado, que expresó su disconformidad porque el chico no causó ningún daño al mobiliario urbano ni a terceras personas y desconocía la prohibición.

Finalmente, la mujer aceptó el pago reducido de la sanción, 525 euros, una cantidad que igualmente considera desproporcionada e inalcanzable dada la precaria situación familiar. Se trata de una mujer viuda, con dos hijos a cargo, y que sólo cobra una pensión y un salario muy bajo de un trabajo que se le acabará pronto.

La Síndica ha dado la razón a la ciudadana y ha recomendado al consistorio la recalificación de la infracción como leve, que se acuerde la conmutación de la multa por trabajos para la comunidad atendiendo el principio del interés superior del niño.