TRAGEDIA EN EL ÁREA DEL ESTRECHO DE GIBRALTAR

4 muertos y 35 desaparecidos al naufragar una patera en Alborán

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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Las oenegés que trabajan sobre el terreno hablan ya de una de las mayores tragedias en el área del estrecho de Gibraltar. Y es que aunque de momento solo se han podido localizar unos pocos cadáveres -cuatro al cierre de esta edición-, la cifra de desaparecidos tras el naufragio de una embarcación salida de Alhucemas (Marruecos) el pasado miércoles en el mar de Alborán asciende provisionalmente a 39 personas, entre ellos al menos dos bebés.

Una de las supervivientes relató a sus rescatadores que la embarcación se «desfondó» durante la noche. A bordo, explicó la mujer, iban entre 54 y 55 personas. La mayoría de los ocupantes cayeron al agua «y se perdieron en el mar», contaron los inmigrantes. Solo se salvaron quienes pudieron agarrarse a la parte neumática de la lancha. Como muchos de los desaparecidos llevaban puestos chalecos salvavidas, desde los servicios de rescate no se pierde la esperanza de que alguno pueda seguir con vida.

Los 15 supervivientes, 13 hombres y dos mujeres, llegaron ayer a media tarde al puerto de Málaga, donde fueron atendidos por los servicios sanitarios de Cruz Roja. Un portavoz de la organización confirmó que siete de ellos tuvieron que ser trasladados a un hospital de la capital al presentar síntomas de hipotermia, hipoglucemia y bajada de tensión, fruto del cansancio tras tantas horas de travesía y la tensión.

Entre los hospitalizados se encontraban las dos mujeres que habían participado en la travesía, ambas además en estado de choque por no saber el paradero de sus bebés, uno de ellos de menos de un año. La situación de abatimiento por la suerte de sus compañeros la reflejaban algunos de los varones rescatados, con la mirada perdida mientras eran atendidos en el puerto.

Todos eran de origen subsahariano, procedentes de Camerún, Nigeria, Costa de Marfil, Malí y Guinea, según informó una cooperante de la organización Caminando Fronteras, Helena Maleno. El resto de los ocupantes fueron conducidos a la comisaría de la Policía Nacional de Málaga para proceder a su identificación e iniciar los trámites de expulsión.

Entre los escasos datos que han proporcionado los supervivientes destaca que llevaban tres días a la deriva. La propia Maleno explicó en las redes sociales que la embarcación había salido de una playa a dos kilómetros de Alhucemas durante el martes, y casi 24 horas después, comunicaron a sus familias que el «viaje no iba bien» por el mal estado del mar. Salvamento Marítimo confirmó que estos días atrás el Mediterráneo no ofrecía el mejor pronóstico para un viaje de estas características, con fuerte marejada y vientos de 20 nudos, que se tornaron a mar rizada con viento de ocho nudos en la jornada del jueves.

AGARRADOS A LA ZODIAC

La cooperante alertó de que la embarcación estaba a la deriva la tarde del miércoles, tras perder la comunicación con los inmigrantes. No fue hasta ya avanzada la mañana del jueves cuando el avión Cóndor-2 del servicio Frontex avistó la zodiac a 39 millas del nornoroeste de Alhucemas y a 52 millas de la costa de Málaga, en el mar de Alborán.

El panorama con que se encontraron los miembros de Salvamento Marítimo al acercarse era terrorífico, con los inmigrantes flotando a duras penas agarrados al flotador de la lancha, lo único que quedaba de la embarcación

Mientras eran conducidos a puerto, los helicópteros empezaron a localizar los cadáveres del resto de desaparecidos, todos ellos varones adultos subsaharianos. Las tareas de búsqueda, que se suspendieron al caer la noche, continuarán en la jornada de hoy por mar y por aire, y en ellas están participando no solo los helicópteros y lanchas Salvamar españolas sino también un buque de la Armada colombiana, que fue quien avistó los primeros cadáveres.

También se ha sumado al despliegue un buque de la Armada Portuguesa, el Francisco de Almeida, y otro de la Armada islandesa, que se encontraban en la zona del Estrecho con motivo de unas maniobras.