Antidisturbios contra la leucemia

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PAULA MORI / BARCELONA

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Ya es de noche, en una habitación del hospital Duran i Reynalds, Sergio coge una camisa nueva para tapar su bata de hospital, una gorra y se dispone a hacer una llamada de Skype con su hijo de seis años. Para su hijo, Sergio se encuentra trabajando en Alemania durante un mes a fin de conseguir dinero y poder hacer el anhelado viaje a Disneyland. Pero la realidad es más cruda. Sergio está ingresado en el hospital oncológico y pasará 30 días alejado de su familia porque está a punto de recibir un trasplante de médula.

Este fue uno de los duros episodios que ha tenido que vivir Sergio, un chico de L’Hospitalet cuya vida dio un giro cuando en 1999, con 24 años le diagnosticaron el linfoma de Hodgkin, un tipo de leucemia. Después de sesiones de quimio radioterapia, mejoró y pudo reincorporarse al trabajo. Durante cuatro años recuperó su vida y conoció al pilar que lo sustentaría en los malos momentos que estaban por llegar: su mujer. 

En el 2005 volvió a recaer. Ese año se sometió a un autotrasplante de médula y, de nuevo, todo salió bien. El nacimiento de sus sobrinos, el de su propio hijo, su mujer, la vida en familia y su trabajo le reincorporaron al ritmo del día a día. Pero la enfermedad le golpeó por tercera vez en el 2015. Parecía perseguirle. Volvieron los picores y los ganglios. "Pensé en mi hijo. Qué putada, tengo mi trabajo, mi mujer, soy feliz, tengo a mi familia, mis hermanos, mi madre… Qué putada", recuerda Sergio.

COMPATIBILIDAD ENTRE HERMANOS

Por suerte, de sus tres hermanos, dos eran compatibles y consiguió una donación de médula. Ante esta situación, Javi, un antidisturbios de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra y el único hermano que no era compatible, no se quedó de brazos cruzados. "Ya que no podía donarle médula a mi hermano, intenté donar al que pudiera”, comenta Javi.

Y ahí surgió todo. Javi contó su situación familiar a sus compañeros de trabajo y enseguida se mostraron predispuestos a ofrecerle ayuda. Tuvo especial importancia el colectivo al cual pertenece, COP’S CAVE, una asociación policial sin ánimo de lucro exclusiva para agentes de diferentes cuerpos de seguridad. Allí montaron una campaña solidaria de donación de médula que bautizaron con el lema "Lo llevamos en la sangre".

Javi recibe cada vez más correos, llamadas y mensajes de policías prestándose a contribuir con la causa. "Ha crecido de forma exponencial. Fue algo que empezó a nivel local, entre amigos, luego pasó a nivel regional, de ahí a autonómico y ahora ya es nacional. Policías de todo el Estado se ponen en contacto con nosotros con tal de unirse y promover la campaña". Marc y Álex Márquez, los pilotos de moto -y también hermanos como Javi y Sergio-, acaban de sumarse a la iniciativa.  

MÁS SENCILLO DE LO QUE SE CREE

Lo que más "sorprendía" a sus compañeros es que fuera tan fácil ser donante. La mayoría tenía "la imagen" de que donar médula implicaba "una operación" y tener que pasar "días ingresado". Esto es debido "a la falta de información". Para donar médula ósea sólo es necessario una extracción de sangre. La fundación Josep Carreras sigue un procedimiento sencillo: recoger los datos del donante y tomar una muestra de saliva. A partir de ahí, el voluntario ya pertenece al registro de donantes.

A través de la saliva se analiza el ADN y el resultado se introduce en el banco de donantes internacional. Si es compatible con el de algún enfermo, suena el teléfono y al voluntario le llega el momento de donar sangre. La dificultad está en encontrar a dos personas compatibles. Solo el 25% de quienes necesitan un trasplante de medula halla un donante válido dentro de su entorno familiar.

CUANTOS MÁS, MEJOR

"Cuantos más seamos, más posibilidades tenemos de salvar una vida", afirma Javi. Por eso, el 28 de abril los cuerpos de policía se reunirán para dar charlas sobre el tema y realizar una donación masiva a la que, hasta la fecha, ya se han sumado 200 personas, algo que Javi nunca imaginó que podría pasar.

"El enfermo sólo ve oscuridad. Pero si suena el teléfono y alguien dice al otro lado 'tenemos una médula', ve un rayo de luz”, asegura Javi para tratar de explicar qué significa recibir la ayuda de un donante desconocido, capaz de frenar la persecución de la leucemia.