TRÁFICO DE NIÑOS EN EUROPA

Monjas ladronas de bebés

Décadas de silencio 8 Philomena Lee, la mujer en quien se inspira la película de Stephen Frears, en el festival BFI de Londres, el pasado octubre.

Décadas de silencio 8 Philomena Lee, la mujer en quien se inspira la película de Stephen Frears, en el festival BFI de Londres, el pasado octubre.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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Cuando miles de víctimas anónimas descubren su drama personal en la gran pantalla, el cine se transforma en un revulsivo social. Idéntica injusticia, idéntica historia. Es lo que ha sucedido en Irlanda con Philomena, la película de Stephen Frears protagonizada por Judi Dench y que este fin de semana se estrena en España. El film cuenta cómo la irlandesa Philomena Lee decidió buscar a su hijo medio siglo después de que las monjas le forzaran a entregarlo en adopción. Era un niño «fruto del pecado» concebido por una adolescente en una relación fugaz.

La muchacha fue castigada con tres años de internamiento en las lavanderías del convento de Sean Ross Abbey. A su pequeño Anthony lo vio por última vez en 1955, cuando tenía tres años. Aquel trauma lo soportó en silencio, como otras muchas Philomenas en Irlanda, las chicas que alimentaron en los años cincuenta y sesenta el mercado de bebés manejado por la Iglesia católica. Un escándalo al que, hasta ahora, no se había prestado atención.

En Dublín, varias organizaciones tratan de indagar y dar consejo sobre las adopciones forzosas. Desde el estreno de Philomena, las consultas se han triplicado. «El confinamiento ilícito de chicas y mujeres solteras con sus bebés en los conventos nunca ha sido investigado por el Estado irlandés. Ni siquiera se ha pedido perdón, ni ha habido reparación», afirma Susan Lohan, cofundadora de Adoption Rights Alliance, que fue separada de su madre y entregada en adopción en 1965.

100.000 padres sin derecho

Hace 10 años el Gobierno hizo un estudio para ver cómo los padres biológicos podrían recibir ayuda estatal para encontrar a sus hijos. «Una década más tarde nada ha cambiado, excepto que documentos vitales desaparecen en archivos inaccesibles. Hay 50.000 o más personas adoptadas y 100.000 padres biológicos que no tienen derecho a información sobre ellos, empezando porque no tienen derecho legal para conseguir su propio certificado de nacimiento», constata Lohan.

Las Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María regentaron en nombre del Estado en Roscrea, desde 1930 hasta 1970, cuando fue clausurada, la institución para la «acogida» de madres y bebés donde estuvo Philomena. A raíz de la conmoción que ha provocado el  estreno de la película, la congregación emitió un comunicado negando haber recibido dinero por las adopciones. «No se vendieron niños, ni por parte de la congregación, ni de ninguna madre. La congregación no recibió dinero en relación con las adopciones cuando estaba al cuidado del hogar para madres y bebés», ha declarado la entidad.

La película de Frears está basada en el libro El niño perdido de Philomena Lee, de Martin Sixsmith. Periodista de la BBC y antiguo asesor del Gobierno laborista, Sixs-

mith acompañó a la irlandesa en la búsqueda de su hijo por el mundo. «Muy pronto, al comenzar la investigación, me di cuenta de que la jerarquía de la Iglesia católica irlandesa estaba involucrada en el trafico ilícito de bebés», ha escrito Sixsmith, interpretado en la pantalla por Steve Coogan.

Propiedad de la Iglesia

«Desde el final de la segunda guerra mundial hasta los años setenta se consideraban propiedad de la Iglesia los niños nacidos en sus centros. Con el consentimiento de las madres o sin él eran vendidos  al mejor postor. Cada año, cientos fueron enviados a parejas en América que pagaban donativos a las monjas», afirma el periodista.

Sixsmith calcula que el matrimonio que adoptó al hijo de Philomena y a otra niña pagó por la pareja entre 2.000 y 3.000 dólares, una cantidad importante en 1955. Otro periodista, Mike Milotte, autor del libro Los niños desaparecidos, afirma que una de las monjas involucradas en las adopciones, la tristemente célebre Sor Hildegarde, admitió antes de morir haber recibido dinero. Milotte estima que unos 2.000 bebés de madres solteras fueron «exportados a América a través de un sistema de adopción altamente secreto».