Gente corriente

Mònica Farguell: «Ahora que las cosas se ponen difíciles, nos cuesta espabilar»

Un trabajo sacrificado, un viaje, un cambio de vida. Un nuevo comienzo. Su propia marca de bolsos.

«Ahora que las cosas se ponen difíciles, nos cuesta espabilar»_MEDIA_2

«Ahora que las cosas se ponen difíciles, nos cuesta espabilar»_MEDIA_2

MAURICIO BERNAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

-Leyendo su correo me quedó la sensación de que el viaje y su decisión de cambiar de vida están relacionados. ¿Me equivoco?

-No, no se equivoca. Fue durante el viaje que lo decidí.

-¿Me cuenta?

-Yo estaba muy cansada de mi trabajo, de mi profesión, de lo que hacía. Era algo muy sacrificado, me pedían muchas horas. En la oficina había mucha tensión y mucho estrés. Llegaban los domingos por la noche y me angustiaba. Y fue estando en el viaje que un día me pregunté: «¿Pero yo soy tonta?»

-¿Qué trabajo era?

-Era diseñadora gráfica y trabajaba en publicidad.

-Así que volvió del viaje… ¿Adónde fue?

-Alrededor del mundo. Con mi pareja. Quince meses. Probablemente los más intensos y mejor aprovechados de mi vida.

-… volvió del viaje y dejó el trabajo.

-A ver, yo antes del viaje ya había renunciado, pero no porque pensara cambiar de vida sino porque era como lo habíamos planeado. Llevábamos tres años ahorrando y teníamos claro que al llegar el momento íbamos a dejar nuestros empleos. Mi idea era buscar un trabajo similar al regresar, volver a lo mismo. Pero en el viaje cambié de opinión.

-Entiendo. El cambio fue profundo, ¿no?

-Bastante. Antes del viaje yo había hecho un taller de diseño de bolsos, y me había encantado, así que al volver me puse a estudiar diseño de moda. Y es lo que hago desde entonces: bolsos. Tengo mi propia marca, Mofa Barcelona, mi taller está aquí, en casa, y estoy más tranquila y mucho más contenta.

-¿Vive de ello?

-Aún no. Por suerte me ayudan mi pareja y mi familia. Naturalmente, mi idea es que esto siga creciendo y pueda vivir de ello. Y la verdad es que cada temporada vendo más.

-¿Cada temporada?

-Sí, hago dos colecciones al año, primavera-verano y otoño-invierno. Me impuse trabajar así para no ser la persona que hace cinco bolsos y ya. Y sobre todo porque a mí lo que me gusta es pensar, diseñar. Si fuera para estar haciendo siempre lo mismo no me habría metido a hacer bolsos. Son seis meses, seis bolsos y seis estampados distintos.

-¿Dónde los vende?

-Bueno, tengo una web donde se pueden comprar, mofabarcelona.com. Eso por un lado. Por otro, estoy en portales de venta de productos homemade, hechos en casa. También vendo en tiendas. Y voy a ferias.

-Volviendo a su correo, me decía que está pensando en hacer cosas para niños. Lo ponía en la misma línea en la que me contaba que está embarazada.

-Sí, es una idea que tengo. Siempre he creído que por mi manera de ser se me daría bien hacer cosas para niños. Me gustan los colores, pero aquí en Barcelona la gente no es mucho de vestirse de color. Con los niños es distinto. La idea inicial es hacer complementos: mantitas, toallas, baberos. Estoy practicando, de hecho ya hice una manta, y estoy viendo el coste de las cosas.

-¿Y lo de mencionar al mismo tiempo su embarazo?

-Je, je… Es porque me digo: «Voy a dejarlo para cuando tenga un hijo y así las cosas las puedo probar con él».

-¿Es niño?

-Niña. Joana, se va a llamar.

-Cumple 35 años, como EL PERIÓDICO. ¿Se siente parte de una generación?

-La verdad es que no. Creo que hemos tenido una vida más bien cómoda hasta que se acabó. Lo tuvimos fácil porque nuestros padres consiguieron cosas para nosotros, pero ahora que las cosas se ponen difíciles, nos cuesta espabilar.