El misterio cubre los 3 accidentes más graves del año pasado

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Uno de los argumentos más socorridos para tranquilizar a las personas que sufren pánico a volar es recordarles que la gran mayoría de los accidentes ocurren durante el despegue o el aterrizaje. Una vez superada la primera maniobra ya se pueden tranquilizar porque un avión es casi imposible que se caiga en pleno vuelo. Esta afirmación, avalada antaño por las estadísticas, ya no sirve. El colectivo de los pilotos alertó el martes de que ya son mayoría los accidentes que se producen en ruta y, lo peor de todo, no se sabe por qué.

De los 21 accidentes ocurridos en el 2014, 13 ocurrieron en pleno vuelo, pero además, estos últimos fueron los responsables de casi todas las víctimas mortales, 850 sobre un total de 996, el 85%. Los tres accidentes más graves, que suman 517 fallecidos aún no han sido aclarados.

El caso ocurrido cuando ya expiraba el 2014 guarda, además, inquietantes paralelismos con la tragedia de los Alpes. El aparato era también un Airbus 320, en este caso de Air Asia, que se estrelló sobre el mar de Java dos horas después de despegar del aeropuerto de Juanda (Indonesia) con destino a Singapur y 162 personas a bordo.

EL PODER DEL SISTEMA / La investigación oficial todavía no ha sido publicada. En principio las autoridades indonesias han atribuido el suceso a una fuerte tormenta, pero extraoficialmente se ha difundido que podría haberse congelado un sensor y éste haber confundido al sistema informático, según explicó ayer el presidente del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), Luis Lacasa.

La misma sucesión de hechos que puso en peligro un Airbus de Lufthansa cerca de los Pirineos y una de las hipótesis por las que apuestan los expertos para el suceso de los Alpes. Sofisticados sistemas informáticos que ante un fallo reaccionan tomando el mando del aparato con consecuencias que pueden ser catastróficas.

EL MAYOR MISTERIO / El suceso más impactante fue la desaparición del MH370 de Malaysia Airlines. Se esfumó de los radares dos horas después de partir de Kuala Lumpur (Malasia) sin que más de un año después la enorme operación de rescate desplegada haya sido capaz de localizar ni un resto del aparato y ni una de las 239 personas que viajaban a bordo.

Tras complejas operaciones matemáticas llevadas a cabo a partir de unas señales automáticas recogidas por un satélite, los investigadores dedujeron que había volado más de siete horas en dirección al Índico y que  se precipitó al mar probablemente al acabársele el combustible.

Sin localizar los restos, especialmente las cajas negras, será imposible llegar a saber qué pasó, el caso seguirá siendo el mayor misterio de la aviación, pero una de las hipótesis más sólidas apunta a una despresurización de la cabina por una avería que provocó la muerte de los pilotos y el pasaje mientras el avión seguía como un zombi guiado por el piloto automático. Una vez más, el fantasma del avión que vuela solo.

COMPAÑÍA ESPAÑOLA / El tercer accidente más grave afectó a una compañía española, Swiftair, que operaba un vuelo de Air Algérie que el 24 de julio cayó al norte de Mali, cerca de la frontera argelina. Fallecieron 116 personas, entre ellas los tripulantes españoles. Una tormenta de arena muy intensa fue la explicación, una vez más incompleta,  de las autoridades malienses. El aparato, un McDonell Douglas MD83, está perfectamente preparado para resistir tormentas si no median otras circunstancias agravantes que se desconocen en este caso.

Los aviones se han automatizado cada vez más y con ello han logrado eludir cada vez más los errores humanos en despegues y aterrizajes pero parecen tener problemas para responder a situaciones inesperadas en el aire, dejando indefensos a los pilotos no suficientemente preparados para las nuevas tecnología. Es la hipótesis que defiende el Copac, que  ha pedido que se analice el fenómeno y se tomen medidas. Quizás la tragedia de los Alpes marque un antes y un después. La capacidad investigadora de Malasia o Mali dista mucho de la Francia.