Los médicos que trataron a Pajares en España niegan improvisación

Sostienen que el personal está perfectamente formado para afrontar estas situaciones y que no hubo pánico

De izquierda a derecha, los doctores Mar Laso, German Ramirez, Marta Arsuaga, la enfermera Ana M. Gomez y el doctor Fernando de la Calle, que atendieron a Pajares.

De izquierda a derecha, los doctores Mar Laso, German Ramirez, Marta Arsuaga, la enfermera Ana M. Gomez y el doctor Fernando de la Calle, que atendieron a Pajares. / periodico

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El equipo médico que atendió al religioso Miguel Pajares, primer caso de ébola tratado en España, ha afirmado que los protocolos de seguridad "funcionan", que el personal está perfectamente formado y entrenado para afrontar este tipo de situaciones y que en "ningún momento ha habido pánico" a la hora de afrontar su ingreso.

En este punto, entienden que los objetivos del dispositivo de atención relativos a la seguridad se cumplen, rechazan que hubiera "improvisación" para acoger el ingreso y consideran que la unidad de enfermedades infecciosas y medicina tropical del complejo hospitalario La Paz-Carlos III se ve "reforzada" y "va a ser potenciada".

Así lo han detallado en declaraciones a Europa Press Mar Lago Núñez y Germán Ramírez Olivencia, facultativos del Servicio de Medicina Intensiva especializados en medicina tropical y del viajero del complejo hospitalario La Paz-Carlos III, que han tratado a Pajares desde su ingreso hasta su fallecimiento.

Evitar el pánico

Así, el equipo médico que ha tratado al religioso ha explicado que tras conocer que Pajares y Juliana Bohe iban a ser ingresados, se marcaron cuatro objetivos fundamentales: que no se transmita la enfermedad, proporcionar a los dos pacientes todo lo que se pudiera, "intentar curar y que hubiera un resultado exitoso" y que "no se generara pánico".

"Podemos decir que después de este tiempo, siendo el primer caso, que es reseñable e histórico, no podemos darnos por satisfecho por el desenlace de uno de ellos pero quizás las expectativas las hemos cumplido al 80%", ha remarcado Germán Ramírez.

El facultativo ha remarcado que enfrentarse a un "nuevo reto siempre genera un estado de nerviosismo", algo que es "hasta cierto punto lógico" dado que "un nivel de alerta y de prevención es necesario", si bien es un aspecto que dista "mucho del pánico". "Como anécdota, decir que la noche previa a recibir al paciente la pasó como mi primera guardia de R1", ha agregado.

Reducir la alarma

Por otra parte, Lago ha apuntado que el hospital tiene la tradición de tratar enfermedades contagiosoas y que ella "ha vivido aquí" el tratamiento de dolencias como la tuberculosis multiresistente o la sepsis meningocócica.

"El personal está entrenado para estos casos y tenemos la suerte de tener esta tradición y estamos acostumbrados a tratar a estos pacientes, son nuestros pacientes", ha recalcado la especialista para subrayar que nunca pensaron que iban a tener problemas a la hora de tratar a un paciente por ébola o miedo a ser contagiados.

Mientras, el otro facultativo ha asegurado que se ubicó a este paciente en la sexta planta del Carlos III para disminuir el riesgo de "alarma social" por ser el primer caso de ébola tratado en España, dada su alto índice de morbilidad. "Estamos dispuestos a tratarlo por todo el personal que haga falta. Todos lo que hemos necesitado lo hemos dispuesto", ha puntualizado.

Respecto a la integración del Carlos III a La Paz, Ramírez ha recalcado que ha vivido en persona el proceso de adscripción dado que él es uno de los médicos que fueron a La Paz en febrero y ha subrayado que desde el primer momento que cambió la logística del centro se planteó "la necesidad de adaptar unos protocolos existentes" y aplicar una "serie de simulacros a la nueva situación".