Los manifestantes

Más que perroflautas

 Las multitudinarias protestas de ayer evidenciaron de nuevo que en el colectivo de indignados están representados casi todos los perfiles sociales. Desde niños que desfilaron con su padres hasta pensionistas, desempleados, funcionarios, estudiantes y trabajadores.

"El cole sufre los recortes"_MEDIA_1

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R. JULVE
P. SANTOS
X. BARRENA

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FAMILIAS “El cole sufre los recortes”

Hernán ColladoyMarta Gimbert(foto) ya no saben cuándo sus dos hijos dejarán de ir a una escuela con barracones. «El cole de los niños [la escuela de los Encants] es de los que han sufrido los recortes de la Generalitat. Nos dijeron que había un plazo de tres años para construir uno nuevo pero ahora el Govern lo ha paralizado todo», se quejóHernánmientras desfilaba con la familia por la Via Laietana. «No nos sentimos representados, y los presupuestos que han aprobado son la prueba de que sus prioridades no son las nuestras. La educación y la sanidad deben ser intocables», espetóMarta.«Que no intenten criminalizar un movimiento como este, el de los indignados, porque no podrán engañar a la gente», avisó su pareja.

En Madrid,Luis Vicente yAdriana Fonsecaquisieron que sus niñas de 10 y 6 años acudieran a la manifestación para que se sintieran parte del nuevo movimiento social. «Les hemos explicado que, por suerte, los dos tenemos trabajo [maîtrey bibliotecaria], pero que mucha gente lo está pasando mal y que la sociedad no va por buen camino», explicóLuismientras la hija pequeña mostraba una pancarta dibujada por ella y su hermana: «Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir».

PARADOS “¿Imputados en las listas?”

Marcos,

de 32 años (en la foto con su novia,Mercedes), es uno de los miles de parados del sector de la construcción. La pareja se plantó ayer frente al Congreso de los Diputados para protestar por «una situación insostenible» no solo económica sino también política. «Con lo que menos tragamos es con la inmunidad de los políticos.

«¿Cómo pueden incluir imputados en las listas?», se preguntó a pocos metros deJosé Luis Herrero, que a sus 59 años mostró su indignación por la lapidación de la clase media. Ingeniero de profesión, está en paro desde «el 24 de octubre, después de 28 años en la empresa». Entre sus reproches,Herrerodestacó que Occidente intente hacer creer que defiende la libertad de los pueblos oprimidos de Túnez, Libia y Egipto. «Lo que quieren es nuevos mercados», advirtió.

ESTUDIANTES “Se cargan el futuro”

A pocos metros de un grupo de jóvenes, la mayoría universitarios, que escenificaban «el entierro de los derechos sociales» vestidos de negro y con la cara pintada de blanco,Israel Saeta,un estudiante de Física de 24 años (en la foto), levantaba una pancarta en contra de los recortes en la educación «porque esta garantiza el futuro de la sociedad y recortarla significa cargarse el futuro».

Otro universitario,Joel,encaraba la avenida del Marquès de l¿Argentera ¿rebautizada por el movimiento 15-M como «avenida de la Indignación»¿ contento por «el éxito de la protesta» pero enfadado por su situación. Sospecha que cuando acabe la carrera de Arquitectura no le quedará más remedio que apuntarse a la cola del paro o emigrar para «dar sentido» a sus estudios.

JUBILADOS “La juventud se despierta”

Preguntarle aPilar, de 60 años, en la plaza de Neptuno de Madrid, por qué está indignada supuso aguantar una regañina por la falta de movilización de los jóvenes. «Estábais aplatanados. En los años 60 luchamos por todo. Estoy feliz de que os hayáis despertado, aunque también es nuestra culpa porque os hemos dado una vida demasiado cómoda y ahora, ay, veis que pronto no estaremos ahí», dijo esta jubilada que tuvo durante décadas un negocio propio.

Otro jubilado,Robert(foto), se quejó en Barcelona de la «mínima pensión» que recibe después de cotizar durante 50 años y reclamó menos privilegios los políticos. «El sistema electoral es injusto. Hay que modificar las leyes y prohibir que los banqueros se suban el sueldo alegremente», comentó.

EMPLEADOS PÚBLICOS “Autocrítica sindical”

Sonia Garcia

, comadrona en atención primaria y hospitalaria, se manifestó en Barcelona porque «la sanidad está fatal», a lo que añadió que quien sufrirá los recortes será, «más que los trabajadores del sector, toda la ciudadanía». Su compañeraMíriamaseguró que el tijeretazo se inició mucho antes de que se empezaran a debatir los presupuestos, mientras que el bomberoAntonio del Río(foto) insistió en que «no se puede escuchar al pueblo solo cada cuatro años».Antonio,que es miembro de UGT, también señaló a los sindicatos y les exigió «que hagan autocrítica».

En Madrid,María Jesús,que no permite dar ninguna información más sobre su trabajo por miedo, denunció la instrumentalización de las empresas públicas por parte de la comunidad.