Más de un millón y medio de estudiantes vuelven al cole en Catalunya

Vuelta al cole en el colegio Fructuós Gelabert de Barcelona

Vuelta al cole en el colegio Fructuós Gelabert de Barcelona / periodico

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / Barcelona

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La vuelta al cole ha discurrido este lunes en Catalunya con aparente normalidad, más allá de los tradicionales lloros y pataletas de los más pequeños y las risas, abrazos y gritos de alegría de los más mayores. La diferencia en este primer curso de impantación de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE) la han marcado las decenas de escolares y padres que han acudido a clase con camisetas amarillas y el lema 'SOS educación' estampado en el pecho. Son, en su mayoría, los centros adheridos a la Red de Escuelas Insumisas a la ley del ministro José Ignacio Wert.

En total, hoy regresan a las aulas catalanas 1,55 millones de estudiantes, la mayor población escolarizada de la historia. En la pública, habrá este año 64.777 profesores, 815 más que el curso pasado, pero 2.300 menos que en el 2011-2012. Aumentan también los centros con módulos prefabricados (hay 1.026 instalados en toda Catalunya), pese al cierre de seis colegios públicos por falta de alumnos. Eso ha elevado el malestar de los docentes, que denuncian que no se ha restituido aún la situación previa a los recortes.

La entrada en vigor de la 'ley Wert' solo afecta esta año a los estudiantes de primero, tercero y quinto de primaria, que, pese a todo, incorporarán pocas novedades en el temario. La más significativa, la nueva asignatura de Valores Sociales y Cívicos, como alternativa a la Religión y en la que la Generalitat ha aprovechado para que los alumnos adquieran «unos conceptos básicos de cultura  humanística, de conocimientos éticos y filosóficos y de implicación social». La materia de Conocimiento del Medio seguirá impartiéndose de forma conjunta, aunque a final de curso los escolares tendrán dos notas diferenciadas, una de Ciencias Naturales y otra de Ciencias Sociales, como dicta la LOMCE.

El impacto de la nueva ley sobre el modelo de inmersión lingüística no se notará, de momento, en las escuelas catalanas. La Conselleria d'Ensenyamebnt ha informado estos días de que son 38 las familias que solicitaron, durante el periodo de matriculación, una educación bilingüe para sus hijos, una cifra muy parecida a la del año pasado, según la consellera Irene Rigau. Una vez revisadas las peticiones, Ensenyament ofrecerá, a los alumnos que reúnan los requisitos, la posibilidad de recibir una atención individualizada, como has ahora. Quienes insistan en tener el castellano como vehicular deberán dirigirse al Ministerio de Educación para que les adjudique, si cumplen las condiciones, la escolarización en una escuela privada, que se pagaría con fondos públicos.