EL DISFRUTE DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Adolescentes que conectan y desconectan

taller de estudiantes escola pia mataro

taller de estudiantes escola pia mataro / periodico

ADRIÀ PALACÍN / BARCELONA

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Así como los griegos denominaron ágora al lugar de reunión o discusión, normalmente situado en las plazas públicas, en la actualidad, el entorno digital ha construido un nuevo ágora de comunicación en las redes sociales, haciendo de este un hábitat casi natural para los jóvenes. A entrar en este espacio virtual se le ha llamado conectarse, lo que significa al mismo tiempo desconectarse de otro. De esta forma lo ven muchos adolescentes, conscientes a su vez, que el uso de los dispositivos móviles y su vida en las redes sociales también debe tener límites.

"Queremos conectarnos (a las redes) para estar informados y comunicarnos, pero sabemos que hay que desconectar para precisamente conectar con la vida real y disfrutarla”. A esta conclusión, entre muchas otras, es a la que llegaron el pasado viernes alrededor de 400 alumnos reunidos en la Escola Pia de Mataró. A ellos se sumaron otros tantos jóvenes en las sedes de Igualada y de Caldes de Montbui. Era un día sin clases. Una jornada dedicada a la reflexión marcada por el encuentro anual 'Fem Àgora', que desde hace tres años organiza la Escola Pia de Catalunya y que reúne de forma mezclada a más de 1000 alumnos de sus centros de enseñanza. El objetivo es que se conozcan, que mediten y que debatan a fondo sobre un tema de actualidad desde un punto de vista filosófico.

Los coordinadores educativos se propusieron hacer “un homenaje a la filosofía en un contexto donde precisamente están tomando más protagonismo los estudios matemáticos y tecnológicos”. Conscientes de la realidad y el entorno digital en que se mueven los jóvenes, esta vez, los profesores querían que sus alumnos se sumergieran en un debate de rabiosa actualidad y que les afectara muy directamente. En esa realidad tan seductora para todos, pero que también debe ser comprometida.

EL USO DE LOS MÓVILES

Conectar para desconectar es el nombre que recibió este año la jornada y que sentó a meditar a los adolescentes sobre el uso que hacen de sus dispositivos móviles y de las redes sociales. Los jóvenes, entre 16 y 17 años, se organizaron en pequeños grupos de debate y hablaron sentados en círculos sobre cómo les afecta en sus vidas el uso de estas nuevas tecnologías. Durante las dos horas de discusión, sus móviles permanecieron en sus bolsillos la mayor parte del tiempo. “Resulta inevitable sacarlo en algún momento”, confiesa uno de los grupos. 

El equipo 15 es uno de los cuarenta que reúne en la escuela de Mataró. Sus miembros aseguran ser precisamente propenso al uso de las redes sociales comparado con algunos de sus compañeros. “Hay de todo”, comentan, pero aun así, el grupo coincide en que la tendencia general entre jóvenes y adolescentes es de “abuso” en la utilización de dispositivos.

A pesar de que muchas veces se estigmatiza a esta franja de edad por excederse en el entorno virtual, lo cierto es que ninguno de ellos parecía perder su capacidad de comunicación oral directa. Solo dos miembros de cada grupo se conocen entre ellos. El resto se acaban de conocer el mismo día, pero todos demuestran ser capaces de interactuar como si se conocieran de toda la vida. Lo cierto es que durante esa jornada, los estudiantes utilizaron una parte esencial de la comunicación que no encontrarán en las redes: la comunicación no verbal. Miradas, gestos, risas o gritos que les ayudaron sin duda a entenderse y a reflexionar más profundamente. 

DESCONECTAR PARA ESTUDIAR

Su tiempo del debate terminaba y era el momento de anotar sus conclusiones grupales. En una cartulina escriben sus respuestas a la pregunta: “¿Por qué nos conectamos?”. En otra, toca responder a la cuestión: “¿Por qué nos desconectamos?”. La sorpresa resultó ver en ambos veredictos la palabra “para estudiar”. Pero cuando razonaron su respuesta todo cobró sentido. Y es que no podían haber eludido un hecho tan real como este. Los estudiantes, como todos, necesitan conectarse a la red para aprovechar sus recursos informativos. El problema para ellos es que el universo virtual al que acceden pone a prueba su concentración.  “Whatsapp Facebook, siempre te pueden distraer”, confiesan. Por esta misma razón, también mencionaron el deseo de “desconectarse para poder estudiar”. 

Aunque es inevitable caer en contradicciones, a los alumnos no les falta razón. Es evidente que este nuevo ágora de comunicación es un terreno difícil de definir, pero la mayoría de los congregados en la jornada demostró saberlo medir mejor que nadie. En una de sus conclusiones decían: “Queremos conectarnos para saber más cosas, pero debemos desconectarnos para saber quienes somos”.