CONSECUENCIAS DE LOS NUEVOS RECURSOS

A más horas de móvil y redes sociales, más fracaso escolar

Adolescentes utilizando el ordenador en su domicilio de Barcelona.

Adolescentes utilizando el ordenador en su domicilio de Barcelona.

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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Las familias de los adolescentes que viven en Catalunya están compuestas, de forma general, por padres y madres autodidactas en el manejo de internet y el móvil, poco documentadas, por esa razón, para descifrar y acotar el uso que hacen sus hijos de unas tecnologías sobre las que son iniciados en la escuela. Un reflejo de esto es el descontrol paterno del número de horas que los estudiantes de enseñanza secundaria invierten en el uso del ordenador, el móvil y los videojuegos, y las consecuencias que esto tiene en su resultado escolar, dos aspectos que han sido investigados por enfermeras de asistencia primaria que acuden a 28 institutos del Vallés Occidental. Han entrevistado a 5.538 alumnos de primero a cuarto de ESO (11 a 16 años).

El fracaso escolar -tener tres o más asignaturas suspendidas en el curso anterior- aumenta a medida que crecen las horas dedicadas al manejo diario de las pantallas electrónicas, dice el estudio. Alcanza al 29% de los estudiantes que están más de tres horas al día ante el ordenador, y a un 16% de quienes le dedican menos de una hora. Un 27% de los chicos que no recurren en absoluto al ordenador también tienen un bajo rendimiento en clase, puntualizan, ya que está comprobado que un 50% del tiempo de internet se invierte en asuntos educativos. El otro 50% pertenece al ámbito independiente de unos chicos que, en todo lo demás, se consideran dependientes de sus padres.

La investigación ha detectado asímismo que quienes ocupan tres o más horas diarias a internet, el móvil o los viedojuegos son más consumidores de cannabis, alcohol o tabaco que los chicos menos dedicados a los recursos tecnológicos.

«Ambos colectivos, los muy absorbidos por las tecnologías y los consumidores de sustancias tóxicas, son más vulnerables a la transgresión y más predispuestos a asumir riesgos -explica Raquel Muñoz, enfermera del CAP de Ca N'Oriach, de Sabadell, y coautora del estudio-. La mayor parte del tiempo que están ante las pantallas lo dedican a las redes sociales, a chatear o a enviar correos. No a estudiar o leer webs educativas».

De eso uso excesivo de la tecnología no son plenamente conscientes las familias, opina la enfermera. «No recibimos quejas de los padres -asegura-. Cuando les preguntamos directamente, entonces sí se atreven a decirnos que su hijo o su hija siempre está con el ordenador, aunque desconocen el contenido de su conexión». «Yo no entiendo de eso -relató a su enfermera la madre de Joana, de 15 años, vecina de Sabadell-. Mi hija se encierra en su habitación, con el ordenador, y ni ve la tele. Nosotros no entramos en sus asuntos». La mayoría de esos usuarios excesivos son chicas adolescentes que tienen su ámbito de relaciones personales volcado en las redes sociales.

El 89% de los alumnos analizados, vecinos de Sabadell, Sant Quize, Sentmenat, Polinyà o Santa Perpètua de Mogoda, entre otras localidades, tuvieron su primer teléfono móvil antes de los 13 años. Antes incluso que alguno de sus progenitores. Un 98% de ellos tiene conexión a internet en su domicilio. La mayoría, accedió a los videojuegos hacia los 8 10 años, y los va abandonando a medida que crece.

«Aunque no podemos establecer una causa precisa de ese fracaso escolar, es evidente que las familias necesitan más orientación sobre el uso del ordenador y el móvil -considera Muñoz-. Los padres no tienen pautas, no pueden poner límites, desconocen el tema». El estudio tendrá una prolongación que analizará la adicción a internet y el móvil.