NUEVO CURSO en la educación superior

Mas-Colell avisa a la universidad de que ya no es prioridad máxima

Un grupo de manifestantes despliega una pancarta ante el 'conseller' Mas-Colell (en primer plano, de espalda).

Un grupo de manifestantes despliega una pancarta ante el 'conseller' Mas-Colell (en primer plano, de espalda).

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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ni la primera, ni la segunda, ni siquiera la tercera... y posiblemente tampoco la cuarta. Con la excusa de que se imponen la austeridad y los ajustes presupuestarios, la financiación de la universidad con fondos públicos ha dejado de ser una prioridad de primer orden. «Las pensiones, la sanidad, incluso, la educación infantil pasarán por delante» a la hora de distribuir ayudas de la Administración pública. Lo dijo ayer, «como un hecho, no como un juicio de valor», el conseller d'Universitats i Coneixement, Andreu Mas-Colell, en su discurso de inauguración del curso académico 2012-2013 del sistema universitario catalán.

Por eso, porque las subvenciones públicas «están sujetas a múltiples tensiones y exigencias», argumentó Mas-Colell, conviene más que nunca que las universidades se pongan las pilas para buscar fuentes alternativas de financiación. El conseller puso algunas opciones sobre la mesa: expandirse y buscar alumnos fuera de Catalunya, aprovechando la gran movilidad de estudiantes que hay ahora; reforzar los programas de intercambio de profesores y compartir servicios entre las universidades; intensificar, más si cabe, la colaboración con las empresas, y ¿por qué no? apostar «por las nuevas tendencias de la educación virtual».

Josep Joan Moreso, rector de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) (que ayer desempeñó las funciones de anfitrión del acto oficial de inauguración del curso) fue contundente en pedir a la Generalitat que «no reduzca más la subvención a las universidades» y reclamó al Govern que cumpla con su compromiso de que «el dinero que los estudiantes han pagado de más este curso vaya al propio sistema, a las becas de equidad o a mantener la calidad del servicio que presta la universidad».

RECORTE DEL 20% / El conseller leyó su lista de recomendaciones después de que medio centenar de estudiantes, profesores y personal de administración lo recibieran con protestas e interrumpieran el acto institucional con una pancarta. Y es que en los dos últimos años, la aportación de la Generalitat a las universidades catalanas se ha reducido en un 20%, recordó Dídac Ramírez, rector de la Universitat de Barcelona (UB), que asegura que «en términos efectivos, la universidad catalana está a niveles del curso 2002-2003, con la diferencia de que, desde entonces, ha habido una expansión de las universidades, con la implantación de Bolonia y el crecimiento de programas de investigación», agregó. «El conseller no ha hecho más que confirmar lo que ya sabíamos: que la universidad no es la primera prioridad de gasto público, aunque es cierto que sigue siendo una prioridad», admitió.

MENOS GRADOS / Mas-Colell lamentó, por otra parte, que, en contra de lo esperado, la implantación de Bolonia haya supuesto una «fragmentación excesiva de las puertas de entrada a la universidad». De ahí que animara a reducir el número de grados que se ofrecen actualmente, «igual que se hizo en su momento con los másteres». «Tendríamos que avanzar hacia un modelo en que las titulaciones de entrada fueran más genéricas, mientras que las de salida podrían convertirse en simplemente majors o menciones». Y es que en un tiempo en que se lleva racionalizar y optimizar recursos, la actual oferta de estudios universitarios debería apostar por la especialización y, sobre todo, por la colaboración entre universidades. «La incipiente popularidad de las titulaciones dobles va ya en esa dirección», dijo.