Martínez Sistach: «Las monas se hacen de monumentos importantes»

Es uno de los colaboradores más estrechos del papa Francisco, al que admira por su coraje en la renovación de la Iglesia. Reconoce que las fuerzas conservadoras amenazan a Bergoglio, pero considera que una mayoría de la Iglesia le apoya.

El cardenal Martínez Sistach guarda en su biblioteca una maqueta de la Sagrada Família.

El cardenal Martínez Sistach guarda en su biblioteca una maqueta de la Sagrada Família.

ALBERT SÁEZ

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Los profanos no sabemos con quién se confiesan los cardenales católicos. El arzobispo emérito de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach, se ha confesado con el periodista Jordi Piquer, sacerdote y compañero de curso. El resultado es el libro 'Un cardenal se confiesa' (Planeta Testimonio), en el que repasa la historia de los tres últimos papas y el proceso de secularización y transición en una metrópoli como Barcelona, y donde resume su aportación al impulso, polémico pero innegable, de la construcción del templo de la Sagrada Família. Se empeñó en traer al Papa para consagrarla y lo consiguió, aunque reconoce que es un proyecto polémico.

¿De qué se confiesa un cardenal? He querido hacer un repaso de lo que he vivido, entre la biografía y las memorias. He intentado servir a la gente, pero también en ocasiones he fallado, como todos.

Ha conocido de cerca a tres papas (Juan Pablo II, Benedictot XVI y Francisco). ¿Cómo los definiría? Juan Pablo II tuvo mucho coraje tras las turbulencias posteriores al Vaticano II, Benedicto XVI promovió el diálogo con al cultura y Francisco es un reformista.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"\u00bfQui\u00e9n se atrever\u00e1\u00a0","text":"\"\u00bfQui\u00e9n se atrever\u00e1\u00a0a\u00a0 parar las obras cuando\u00a0 hay cuatro millones\u00a0 de visitantes al a\u00f1o?\""}}Mucha gente está inquieta por la seguridad del papa Francisco, sus propuestas no gustan a los conservadores, que han llenado Roma de pasquines. ¿Corren peligro sus reformas? No. Hay sectores que se oponen, pero también hay un deseo de muchas personas de la Iglesia de que las cosas cambien. No es el cien por cien, pero es muy mayoritario y será el apoyo que tendrá el Papa para conseguir lo que se propone en materia de la curia, de la familia o del sacerdocio. Son reformas que no se hacen en un día porque suponen un cambio de mentalidad y nos cuesta a todos aceptar este cambio que vivimos y que no afecta solo a la Iglesia, sino también a la sociedad, a la política, a los medios de comunicación...

En algunos casos da la impresión de que este Papa va por delante. Lo hemos visto en Barcelona con el caso de los Maristas, donde fue más rápido y contundente que la propia orden religiosa. El papa Francisco es partidario en el tema de la pederastia de la tolerancia cero, en la línea de Benedicto XVI. Es una posición compartida por el conjunto de la Iglesia, aunque puede haber alguna excepción. Es un cambio que ha costado, pero que es positivo. Y no solo tolerancia cero para denunciar, sino para evitar que pase, librando del sufrimiento a las víctimas y a los culpables del delito. Esa debe ser la prioridad en la formación de sacerdotes y religiosos.

{"zeta-legacy-key":{"title":"biograf\u00eda","keys":[{"title":"Un eclesi\u00e1stico prudente.\u00a0","description":"El que fuera arzobispo de Barcelona se ha caracterizado a lo largo de su carrera por ser extremadamente prudente, cosa que le permiti\u00f3 una larga carrera.\u00a0"},{"title":"Nuevo impulso.\u00a0","description":"En el libro reivindica su labor para dar un nuevo impulso a la construcci\u00f3n del templo de la Sagrada Fam\u00edlia."},{"title":"Visita del Papa.\u00a0","description":"Promovi\u00f3 la visita de\u00a0Benedicto XVI tras acelerara la cobertura de la nave central y el resultado son cuatro millones de visitas al a\u00f1o."},{"title":"Pulso.\u00a0","description":"El conflicto con el ayuntamiento cree que no ira a m\u00e1s porque nadie se atrever\u00e1 a detener las obras de un icono global de la ciudad de Barcelona."}]}}En el tema de acoger a los divorciados que se vuelven a casar ha encontrado aún más oposición. Sí, pero el remedio que ha aplicado es el mismo. Lo importante son también sus propuestas para evitar que el matrimonio fracase. Y cuando no hay solución, propone la acogida y no el castigo. La prioridad es que la gente sea feliz.

Buena parte del libro se dedica a la Sagrada Família. ¿Se atrevió incluso a corregir los planos de Gaudí? Lo que hice fue sugerir que la torre dedicada a la Virgen fuera más alta, para evidenciar su importancia, y con ella la de todas las mujeres para la vida de la Iglesia. Se lo consulté a Benedicto XVI y me dio la razón. «Sin duda», me dijo.

Muchos consideran que construir una basílica en el siglo XXI es un anacronismo y lo equiparan al boom turístico. ¿Está fuera de la onda de Francisco? La cultura y el arte no va en contra de la autenticidad y de la sencillez a la que está obligada la Iglesia porque debe intervenir en todos los ámbitos. Toda obra monumental y singular, hoy día, con la facilidad que hay para viajar porque ya no es un privilegio de los ricos, comporta movimientos de masas, colas, etcétera. Tenemos una obra de arte única que cada año quieren ver cuatro millones de personas. Hay soluciones para esta masificación. Más del 40% de las entradas se venden por internet, lo cual evita las colas. Se hace todo lo posible para ordenar el fenómeno y se podría hacer más construyendo algunos aparcamientos en las plazas que rodean el recinto. Es el icono de Barcelona. Cuando salgo al extranjero, todo el mundo me pregunta por ella y por el Barça. Las cuatro torres son icono de Barcelona. Dejarla sin acabar habría sido un error. La belleza hace pensar a la gente.

Este éxito también esconde un negocio. El responsable de urbanismo del ayuntamiento de Barcelona, Daniel Módol, dice que la Sagrada Família es una mona de Pascua... Me lo tomo en positivo, las monas se hacen de personajes importantes y de monumentos importantes. Es una obra que se defiende por sí misma. En general gusta mucho. La gente se queda impresionada. El mismo Benedicto XVI quedó impresionado cuando la visitó. Tiene una simbología muy grande, ayuda a la concentración para la celebración religiosa y es también para evangelizar a través del arte. A la catequesis va poca gente, pero el arte sigue siendo atractivo.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Cuando era arzobispo\u00a0","text":"\"Cuando era arzobispo\u00a0de Barcelona, intent\u00e9 serenar los \u00e1nimos. Los problemas pol\u00edticos hay que solucionarlos con di\u00e1logo, no solo en los tribunales\""}}Pero gastar dinero en esta obra cuando el mismo Papa denuncia las desigualdades del mundo actual, ¿no es contradictorio? La Sagrada Família da una parte de sus ingresos a Cáritas, pero una obra de estas características tiene muchos gastos en materia de personal y, en algunos casos, muy cualificado desde el punto de vista artístico. Esos gastos sin los ingresos de las entradas no se podrían afrontar. Y la finalidad legalmente no puede ser para otras cosas. Lo que sí hemos intentado es introducir el mensaje social en la presentación a los turistas. Siempre se podría hacer más. El turismo tiene ventajas e inconvenientes. Ayuda a la economía pero cambia la ciudad.

¿Le preocupa el conflicto con el ayuntamiento por el permiso de obras? Creo que no hay tanto conflicto como se dice. Se pidieron permisos en su momento al Ayuntamiento de Sant Martí de Provençals, que no contestó. ¿Quién se puede atrever ahora a parar las obras cuando todo el mundo está mirando la Sagrada Família? No creo que haya desavenencias, la construcción interesa también a Barcelona y al ayuntamiento. ¿Cuántos ayuntamientos querrían tener una Sagrada Família en su ciudad? No se lo pueden dejar perder. La visita del Papa, por ejemplo, hizo que la ciudad saliera en las televisiones incluso más que con los Juegos Olímpicos. Hay que poner orden, pero es positivo. La ciudad entiende el proyecto. El monumento va a más. La previsión es que se acabe en el 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí.

Usted se reivindica muy de Barcelona... Es la ciudad en la que nací en plena guerra civil, me crié aquí, me hice sacerdote y una buena parte de mi carrera ha sido en Barcelona. Tiene un peso muy específico en Catalunya.

¿Cómo valora el estado de la ciudad con este creciente malestar social? Bueno hablar de malestar... Cuando teníamos las barracas estaba mucho peor, entonces había muchos más realquilados. Hay que cambiar muchas cosas, pero en muchos aspectos, como ciudad y como país, hemos mejorado. Es una ciudad en la que mucha gente, cristiana o no, tiene una gran preocupación social. Estaba en Roma cuando cientos de miles de personas salieron a la calle en Barcelona a favor de los refugiados. Allí quedaron impresionados. Los catalanes tenemos el peligro de ser demasiado perfeccionistas en todos los ámbitos, nos fijamos en lo que no va bien en lugar de fijarnos en lo que va bien. Luego nos quejamos de lo que piensan de nosotros fuera sin pensar en cómo nos presentamos. Si solo nos fijamos en lo que no va bien, los demás nos ven mal.

¿Eso es lo que refleja el movimiento independentista? Cuando era arzobispo de Barcelona, intenté serenar los ánimos. Aquí lo que falta es diálogo. Los problemas políticos hay que solucionarlos con diálogo y con creatividad, no solo en los tribunales. Es lo que ha faltado y sigue faltando. Las soluciones dependen de los ciudadanos y de los políticos, la Iglesia no puede intervenir porque internamente es plural en este tipo de cuestiones. Es urgente un diálogo sincero. Tenemos muchos partidistas, que defienden intereses de partidos, pero el mundo de hoy necesita muchos estadistas. En este tema y en otros muchos.

Vemos estos días como crece la desconfianza en los políticos con el 'caso Palau' o el 'caso Pujol'... Toda esta corrupción que ha habido y que hay, aquí y en todas partes, es una lacra. Pero a los políticos los necesitamos y, si nos los cargamos, nos podemos encontrar con dirigentes que prometen mucho pero no harán nada. Y los políticos se han volver a ganar la confianza. Si no lo consiguen, lo que pasará es que la gente honrada no entrará en política.