INCREMENTO CONTINUO DEL TAMAÑO DE LAS PLANTACIONES

Marihuana industrial

Incautadas 75.000 plantas en una finca de Albacete, el mayor cultivo hallado en España

Imagen de la plantación de Albacete distribuida por la Guardia Civil.

Imagen de la plantación de Albacete distribuida por la Guardia Civil.

EL PERIÓDICO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Guardia Civil ha localizado en Villarrobledo, un pequeño pueblo de Albacete, la mayor plantación de marihuana que se ha encontrado hasta ahora en España. Los agentes de la Benemérita se han incautado de 75.000 plantas de cannabis que estaban siendo cultivadas en una finca de tres hectáreas y en una casa anexa. La operación policial, que se ha saldado con seis detenidos, vuelve a poner sobre la mesa el salto de escala que están llevando a cabo los narcotraficantes dedicados a la venta de maría en los últimos años, ya que de los pequeños y medianos cultivos habituales en otra época se está pasando a grandes explotaciones agrícolas y a plantaciones intensivas en naves industriales o en casas aisladas, según han confirmado fuentes policiales a este diario.

La investigación que ha permitido la detención de estas seis personas (dos de ellas de nacionalidad española, tres marroquís y un lituano) se inició a raíz de los indicios de que una pequeña banda podía estar cultivando marihuana en un campo de la localidad albaceteña. Tras establecer un dispositivo de vigilancia, los agentes comprobaron que el grupo explotaba una gran plantación perfectamente acondicionada y provista de regadío en una finca de olivos.

En las tres hectáreas de la finca en la que se cultivaba cannabis se localizaron las 75.000 plantas sembradas en hileras y con una altura media de 40 centímetros, ideal para no ser vista desde el exterior de la finca y no despertar sospechas. La explotación tenía una valla perimetral de protección y disponía de un complejo entramado de tuberías de goma que le suministraban agua por goteo procedente de un pozo subterráneo. Según informaron fuentes de la Guardia Civil a la agencia Efe, la droga estaba en fase de recolección y estaba destinada para la venta en la provincia de Barcelona.

Para evitar ser descubierta, la banda había tomado medidas de seguridad, como inhabilitar los caminos de acceso a la finca con la colocación de grandes piedras, balas de paja o montañas de arena, de manera que solo se había dejado una única vía de entrada. Además, tenían establecidos varios puntos estratégicos de observación para detectar el posible movimiento de personas o vehículos ajenos a la finca. La casa de campo anexa al cultivo había sido convertida en un laboratorio clandestino donde se secaba la droga, para lo que contaban con la maquinaria y el instrumental necesarios para el tratamiento, pesado y envasado de la maría.

El cabecilla del grupo, que en el momento de las detenciones estaba en la cárcel por otros delitos, había aprovechado un permiso para adquirir los terrenos donde se ubicaba la plantación y dirigía la organización desde la prisión.

MASÍA EN LA JONQUERA

Esta operación policial se ha llevado a cabo pocas semanas después de que agentes de la Guardia Civil localizaran otra gran explotación de marihuana, con más de 2.000 plantas, en una finca de La Jonquera (Alt Empordà). El cultivo se hallaba en los huertos de una masía ubicada en la montaña de Sant Julià, que estaba protegida por varios perros de raza peligrosa.

Fuentes policiales han explicado que estos grandes cultivos agrícolas de marihuana se combinan con numerosas plantaciones intensivas situadas en naves o casas aisladas en las que se instala toda la maquinaria necesaria para favorecer el crecimiento de las plantas (luces calefactoras, humificadores, sistema de riego, aparatos de ventilación y filtros para reducir el olor que desprende la droga y que no se detecte desde el exterior).

Estas modernas instalaciones, que pueden llegar a producir varias cosechas al año, han proliferado en los últimos años debido a la disminución de las penas por el cultivo de marihuana y al paralelo aumento de los beneficios que proporciona su comercialización, en especial si se dispone de canales para exportarla a los países situados en el norte de Europa, donde el valor de la droga se multiplica. «Cada vez estamos viendo organizaciones criminales más potentes metidas en este negocio», avisan los investigadores.