UN ESTUDIO PIONERO

Las aguas subterráneas dibujan un 'mapa clasista' del consumo de drogas en Barcelona

El Eixample registra más concentración de cocaína, el Paral·lel de éxtasis y el Besòs de una mezcla de compuestos

Mujer esnifando cocaína

Mujer esnifando cocaína / periodico

EUROPA PRESS / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Lasaguas subterráneasdeBarcelonacontienen restos de diversasdrogas ilegales que varían en función de la zona de la ciudad y mantienen su presencia a lo largo del tiempo. Pese a esto, no se trata de una concentración elevada ni peligrosa para el medio ambiente, según un estudio presentado este jueves en la ciudad.

Las llamadasdrogas de abuso analizadas incluyen compuestos derivados de lacocaína, anfetaminas,opiáceos, cannabis, lisérgicos, ybendodiazepines. Estas drogas han sido detectadas en las muestras de 37pozos subterráneos tomadas a lo largo de 2010 en tres zonas diferentes de la ciudad, según ha explicado en rueda de prensa el director delInstitut Català de Recerca de l'Aigua(Icra),Damià Barceló.

Los investigadores han concluído que los niveles más altos de concentración para lametadonase encuentran en la zona del delta del ríoBesòs. Los niveles más altos decocaínaen cambio se encuentran el tramo central de la calle Mallorca, con concentraciones de 68 y 60 nanogramos por litro.

El estudio sugiere que en una zona como elEixample, abundante en ocio nocturno y económicamente de clase media alta, se detectan concentraciones más elevadas decocaína. Por otro lado, en un barrio de clase trabajadora delParal·lel es más habitual hallaréxtasis, y en elBesòs existe unamezcla de compuestospropia de la proximidad del río. Además, en el 86% de las muestras se hallaron trazas de metadona, en el 64% de éxtasis y también es usual encontrar restos de diazepam.

En el caso concreto de dos pozos próximos a la calleEnric Granados se han detectado restos de cocaína previos a la metabolización que hace el cuerpo humano de dicha sustancia, lo que sugiere que "alguien ha tirado cocaína" directamente a las cañerías.

UNA INVESTIGACIÓN CON 21 DROGAS

Barcelóha explicado que el estudio, que publica la revista'Science of The Total Environment', es uno de los primeros a nivel mundial que detecta trazas de drogas en aguas subterráneas, después de que trabajos similares ya lo hayan hecho en ríos y depuradoras.

En la investigación, que ha buscado restos de21 drogas diferentes, han participado científicos delInstituto de Diagnóstico Ambiental yEstudios del Agua (Idaea), delConsejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), delIcray de laUniversitat Politcnica de Catalunya (UPC).

Barceló ha reconocido que, a pesar de todo, los resultados no son del todo representativos porque deberían incluir análisis periódicos y, adicionalmente, en el proceso de llegar hasta los acuíferos urbanos las drogas experimentan un filtrado que reduce todavía más su presencia.

De hecho, ha recordado que en el caso del agua que llega a las depuradoras las concentraciones de droga son de entre 700 y 800 nanogramos por litro (entre 70 y 100 una vez depuradas) y, aunque no existe legislación al respecto, en ningún caso supone un problema para el medio ambiente.

Barceló ha explicado que las trazas de drogas llegan a losacuíferosdesde filtraciones del sistema de alcantarillado, y ha defendido la importancia de este tipo de estudios para determinar qué pozos pueden ser utilizados en caso de sequía y necesidad de aportar más recursos hídricos.

En total, se estima que los pozos de la ciudad acumulan unos 40 hectómetros cúbicos de agua, cuando el consumo diario medio que hace la ciudad es de un hectómetro.