entrevista con el Presidente de la CRUE y rector Universidad Zaragoza

Manuel José López: "La universidad tardará en recuperarse de este daño"

Manuel José López, presidente de la Conferencia de Rectores Universitarios de España y máximo responsable de la Universidad de Zaragoza.

Manuel José López, presidente de la Conferencia de Rectores Universitarios de España y máximo responsable de la Universidad de Zaragoza.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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La misión que Manuel José López (Melilla, 1946) tiene por delante no se antoja envidiable. Elegido presidente de la Conferencia de Rectores Universitarios de España (CRUE) el pasado noviembre, López encara un mandato en que le tocará negociar una inminente reforma de la ley orgánica de Universidades (LOU) y bregar con el siempre controvertido ministro de Educación, José Ignacio Wert. El también rector de la Universidad de Zaragoza es, sin embargo, un hombre de talante pacífico y nervios de acero.

- Para quien no esté familiarizado con el complejo mundo de la universidad, explique usted porqué están tan preocupados los rectores.

- Bueno, motivos de preocupación siempre los ha habido, pero la inquietud de estos últimos tiempos viene motivada sobre todo por los recortes presupuestarios, que en algunas comunidades como Catalunya y Madrid han sido realmente drásticos. La universidad necesita una financiación estable y suficiente, porque es importante para ella poder hacer una previsión a medio y largo plazo..

- Pero eso no es exclusivo de la universidad, cualquier empresa, cualquier institución necesita tener una cierta previsión presupuestaria.

- Sí, pero la universidad tiene la particularidad de que su trabajo y sus resultados requieren de unos plazos más largos. La formación de un alumno y la del profesorado, la investigación, la transferencia tecnológica no son cuestiones que den fruto de un día para otro. Para poder culminar cualquier proyecto universitario son necesarios varios años y por eso, insisto, es necesario tener un compromiso presupuestario al menos a medio plazo.

- ¿Qué efectos están teniendo ya los recortes?

- Pues de entrada, muchas universidades estamos teniendo problemas para la renovación del profesorado. El Ministerio de Hacienda solo permite cubrir el 10% de las jubilaciones y eso se está notando ya en la cantidad de gente joven, recién formada, que se tiene que marchar, que renuncia a seguir su carrera profesional o investigadora en la universidad. Ese es un perjuicio que va a verse plasmado en unos años.

- ¿Tan grave es?

- El sistema universitario tardará tiempo en recuperarse del daño que se le está haciendo ahora. ¿Por qué? Pues porque en estos momentos, nos encontramos hay una pérdida de talento con una doble o incluso una triple causa. Por un lado, los estudiantes que estamos formando aquí se van al extranjero para realizar allí su actividad investigadora o, si se quedan en España, prefieren irse, si pueden, al sector privado. Por otro lado, el talento extranjero está dejando de venir a España.

- ¿Y hay algún sector más afectado que otros?

- El fenómeno está afectando a todas las disciplinas, pero sobre todo al sector biomédico y al científico y tecnológico. Pero, como le digo, el problema es global, porque llevamos ya muchos años. La reducción de las inversiones empezó ya en el 2008. Avanzó en el 2010 y fue dramática en el 2012. Y lo peor es que cada recorte se ha ido aplicando sin previo aviso, en un momento en que las universidades se encontraban inmersas en el proceso de implantación del nuevo espacio común europeo, el conocido como Plan Bolonia, que ya era suficientemente complejo por sí mismo.

- ¿Eso afecta directamente a los estudiantes, que, además, han visto cómo les aumentan las tasas?

- Estoy de acuerdo en que posiblemente el de los estudiantes es el colectivo más afectado por la situación, pero no se olvide usted de los demás, ¿eh? Pero sí, es cierto que cuando Bolonia estaba en pleno despliegue empezaron los recortes, con los efectos que eso ha tenido sobre la docencia. Y es cierto también que la subida de tasas y el endurecimiento de los criterios para la concesión de becas están provocando que cada vez haya más gente que decide no matricularse en la universidad.

- Y en medio de este escenario, el ministerio ya ha empezado a trabajar en la reforma...

- Sí, pero las universidades no tenemos miedo a la reforma en sí. En todo caso, hay miedo a que esa reforma se haga sin diálogo o a que esa reforma suponga un cambio de criterios sin previo acuerdo con los afectados.

- ¿Qué proponen los rectores?

- Lo hemos dicho muchas veces y desde hace tiempo es una de nuestras principales reivindicaciones: la universidad pública necesita una financiación suficiente y estable. Eso, creemos, puede quedar recogido en la nueva ley, por ejemplo.

- Ha habido coincidencia entre comités de expertos, el del ministerio y el de la Generalitat, en que hay que modificar también el sistema de gobernanza y crear, por ejemplo, patronatos para dirigir las universidades. ¿Compate la idea?

- Lo que pide la Conferencia de Rectores es que se permita una flexibilidad en las respuestas que se puedan dar, que se flexibilicen los modelos. La diversidad que hay ahora en España entre universidades no debe ser regulada por un modelo rígido y por lo que se desprende de las conversaciones que se han mantenido hasta ahora con el ministerio parece que también ellos se mantienen en esta línea.

- Entonces, ¿cada universidad podrá elegir su modelo de gobernanza?

- Bueno, la gobernanza es un problema general, de la sociedad entera, no solo de las universidades. Efectivamente, los modelos de gobernanza pueden ser diferentes y nosotros no rechazamos ninguno a priori. Solo pedimos, reitero, que se dialogue, que haya un consenso.