PROTESTAS ANTE UN CAMBIO DE PRODUCCIÓN

La mala idea de Ikea

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MAURICIO BERNAL
BARCELONA

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A la gran mayoría de mortales no les mueve un músculo de la cara la mención de la palabra Expedit: no quiere decir nada, en el peor de los casos, o quiere decir una estantería de Ikea, una entre varias, las que van brotando del suelo cuando se visita cualquier sede de los grandes almacenes. ¿Tiene algo especial? No, en apariencia. Pero siempre hay quien considera un tesoro lo que el otro mira con indiferencia, y la Expedit, la obra magna del diseñador sueco Tord Björklund, despierta algo rayano en el furor entre los admiradores de esta clase de muebles. «Uno de los mejores artilugios de organización del siglo XXI», se lee en un blog. Hay reportajes enteros dedicados a la Expedit, páginas con consejos sobre cómo sacarles el mejor provecho y elogios de usuarios que expresan gratitud por la existencia de un talento como el de Björklund. Con todo, no es entre los amantes de la optimización del espacio donde están sus más leales feligreses, no; bastó que hace unas semanas la multinacional sueca amenazara con sacarla del mercado para que del anonimato, de la nada, surgiera el colectivo que realmente la adora, que siente una auténtica devoción por ella: los coleccionistas de vinilos.

Empezó todo en Alemania, donde hace unas semanas Ikea anunció que dejaría de fabricar la Expedit. De la gruta donde hibernaban, y no los molestaba nadie, los amantes del vinilo decidieron que era hora de materializarse, y crearon un elocuente grupo en Facebook: 'Salvemos la estantería Ikea Expedit'. Los mortales supieron entonces que si uno compra vinilos, si uno compra suficientes vinilos al mes, o al año, como para considerarse coleccionista, y no le sobra el dinero para mandarse hacer un mueble a medida, el dispositivo idóneo para almacenarlos es el mueble de Björklund. Hay cientos, miles de coleccionistas de vinilos apegados a la Expedit, encariñados como solo se puede estar con una compañera fiel. Y eso que Ikea precisamente no ha alentado el consumo de su estantería entre los melómanos.

No. Si fuera por los usos que sugiere Ikea, y para los que no hay otro termómetro que un recorrido por el laberinto de ambientes hogareños de cualquiera de sus sucursales, se diría que la Expedit sirve para cualquier cosa menos para guardar vinilos. La tienda de L'Hospitalet, por ejemplo: cuando la Expedit aparece lo hace albergando libros, portarretratos, jarrones, macetas, juguetes, archivadores, lámparas… Discos, ni uno solo. «Como está acabada por todos los lados, se puede usar como separador de ambientes». «Se puede situar en vertical o en horizontal, para que sea librería o bufet». «Disponible en colores diferentes; el precio puede variar». Es lo que vienen a decir las etiquetas. Ni una mención a sus dimensiones perfectas, ideales para albergar vinilos. Sin que falte espacio. Sin que sobre más que el necesario para poder manipularlos.

«Los que compramos muchos vinilos necesitamos optimizar el espacio, y la Expedit es económica y ya está hecha», dice Jordi Llansamà, coleccionista y fundador del sello de música independiente Bcore. La Expedit reina en su piso de Gràcia, así en la habitación atiborrada de vinilos como en el salón, donde la sucesión interminable de delgados lomos es el vector que domina el paisaje. Cerca, en el mismo barrio, la sede de la disquera es un monumento a Björklund, como si el diseñador sueco hubiera venido un día y tocado con su varita de hacer Expedits todas las paredes. «Yo sé perfectamente lo que mide un vinilo, 31 x 31, y cada vez que compro algo para cargar, una mochila, una maleta, me fijo en que tenga las medidas adecuadas para que quepan. Y fue así, un día, estando en Ikea con mi mujer, que descubrí que la Expedit tenía las medidas».

Solo atributos

En el mundo de los vinilos hay artistas, sellos, coleccionistas y tiendas. En Tallers, la céntrica calle de Barcelona, están muchas de estas. «La Expedit -dice Jordi Jover, 'disc jockey' y dependiente de Discos Revólver- es funcional, sólida, barata, se monta fácil y tiene las medidas perfectas. Ni que fuera hecha a medida. En casa tengo dos grandes más un acople de cuatro arriba, y los dos estantes inferiores con puertas, porque tengo gatos. Todo en un cuarto destinado a la música». Jover -'Mon Ami' en las discotecas por las que pasea su talento para las mezclas- no se considera «coleccionista» sino «melómano», empezó a comprar vinilos hace 20 años (tiene 36) y ha acumulado entre 8.000 y 9.000, todos primorosamente almacenados en sus Expedit. «En Depósito Legal, que es un local de L'Hospitalet donde suelo pinchar, compraron una vez una Expedit para almacenar los discos; ahí fue donde la descubrí. Pero luego, hace poco, vengo y me entero por el Facebook de que Ikea nos la quitaba. Entonces pensé: '¡Ostia!'»

Y sí, la Expedit desaparece, pero -quién sabe si debido al clamor- lo hará para ser reemplazada. «Por una nueva serie de estanterías para amantes de los vinilos y todas aquellas personas que estén buscando soluciones asequibles para sus necesidades de almacenaje», según un portavoz de Ikea España. «La nueva gama cuenta con las mismas posibilidades de almacenaje, y únicamente incorpora pequeños cambios en el tratamiento de la superficie y el diseño». Ah...

«La harán más frágil, para ahorrar madera», teme Jover, sin embargo. Porque todo lo que puede empeorar, parece decir, empeora. O la máxima empresarial: si funciona, ¿para qué cambiarlo?

«Vinilos tengo... Pues los que se pueden acumular en 30 años», dice Llansamà, de 46, fundador del longevo sello de rock barcelonés. «Empecé coleccionando punk rock, pasé al rock independiente y luego descubrí los estilos clásicos: funk, soul, reggae...» También pincha: «en el Heliogàbal, los miércoles o jueves». Más que nada rock español de los 70.

«Soy ecléctico, tengo vinilos de todas las épocas, compro novedades y música antigua -dice sobre sus discos-. Si colecciono algo es indie, español de los 90 y sellos ingleses». Es DJ residente en Depósito Legal y ha pinchado por toda España. Compra unos 20 vinilos al mes y reivindica «una Expedit para los sietes»; los discos de siete pulgadas.