DELINCUENCIA ARMADA EN BARCELONA

Una víctima de la Rambla es un jefe de la mafia rusa

Arriba, un balazo en el hotel Silken. Abajo, el pistolero, huyendo.

Arriba, un balazo en el hotel Silken. Abajo, el pistolero, huyendo.

MAYKA NAVARRO / BARCELONA

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Ni es belga, ni se llama Tom Janessens, como decía el pasaporte que llevaba cuando el martes por la tarde llegó herido de bala al Hospital Clínic de Barcelona. El hombre de 27 años, que sigue hospitalizado y bajo custodia policial, es ruso o georgiano. Y por los ostentosos tatuajes que luce en su cuerpo, entre ellos varias cruces de los vor v zakone (ladrón en la ley) podría tratarse de un capo de las mafias rusa o georgiana. A las tres de la tarde del martes merodeaba con un inglés por los alrededores de la Rambla cuando un pistolero se le acercó y le disparó.

«Así matan las mafias en Rusia». La frase es de la periodista Cruz Morcillo, autora junto a Pablo Muñoz del principal libro sobre mafias rusas escrito hasta ahora en España, Palabra de vor. Hasta ayer, los disparos a plena luz del día en el centro de Barcelona se relacionaban con una guerra entre bandas rivales. Se sospechaba que podría tratarse de un ajuste de cuentas entre traficantes. Pero ayer se abrió una nueva línea de investigación: reyerta entre miembros de la misma mafia en una lucha sangrienta por el territorio.

FISCALES ANTIMAFIA

España fue durante un tiempo campo abonado para la mafia rusa. La contundencia policial y judicial, especialmente de los fiscales antimafia David Martínez Madero, José Grinda y Fernando Bermejo, logró frenar la peligrosa incursión que estaban realizando en las instituciones. En España se ha detenido y encarcelado a algunos de los capos más peligrosos de las mafias rusa y georgiana. Kalashov, Malyshev y Petrov, por ejemplo. El capo Tariel Oniani vivió un tiempo con su familia en Barcelona.

Las cosas andan revueltas entre los mafiosos rusos. El pasado 6 de enero, Zakhar Kalashov, en libertad tras seis años de prisión en España, convocó en Armenia una reunión de vores y advirtió de que todos aquellos que habían sido coronados durante su encarcelamiento perderían la condición de ladrón en la ley.

La orden está provocando violentos enfrentamientos y reagrupamiento de familias en el universo de la mafia rusa. Unos cambios de los que están muy atentos los servicios de inteligencia e investigadores especializados en mafia. «Hay que ver si el intento de ejecución de Barcelona está relacionado con la guerra que se libra ahora en el seno de la mafia rusia y georgiana», explican fuentes de inteligencia.

En cualquier caso, sorprende que un vor de 27 años se tatue con tanta ostentación. Hace ya un tiempo que los verdaderos capos dejaron de mostrar esas señales tan características e imborrables. Por razones de seguridad, para pasar desapercibidos. El mismo Petrov, el gran capo, no lleva ni un solo tatuaje.

Mientras tanto, los Mossos prosiguen con sus pesquisas. Ayer tomaron declaración al británico que acompañaba al ruso y quedó en libertad. Presentaba cortes en las manos y la cara, producidos al atravesar con su cuerpo la puerta de cristal del hotel, huyendo de las balas. El herido de bala se recupera. Y los mossos prosiguen la búsqueda del pistolero. Tienen varias imagénes suyas y se atreven a adelantar que podría ser georgiano, ruso o checheno.

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