Madrid restringe el aparcamiento en el centro por la contaminación

La velocidad ya está limitada a 70 kilómetros por hora en la M-30 y otros accesos

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Los ciudadanos que no residen en el centro de Madrid no han podido aparcar este viernes en las zonas de estacionamiento regulado sal persistir el episodio de contaminación por dióxido de nitrógeno que afecta a la ciudad desde el pasado martes.

La responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, explicó que ha sido necesario activar la segunda fase del protocolo de contaminación aprobado en marzo después que el jueves se aplicara la primera fase, que obligó a reducir de 90 a 70 kilómetros por hora la velocidad de los coches en la M-30 y otros accesos a Madrid.

Lax limitaciones, sin embargo, no han conseguido que salgan a la calle menos vehículos ni ha provocado más congestión que en días habituales, porque la circulación ha sido "aparentemente normal" y similar "a la de todos los días", según el alto cargo.

Esta primera medida de restricción al tráfico, vigilada por 130 agentes y cuatro radares móviles, se ha elevado un peldaño -el protocolo contempla cuatro fases- al persistir las concentraciones del gas por encima de los 200 microgramos por metro cúbico en la ciudad en dos estaciones de medición. La prohibición de estacionar afecta a las áreas de Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) -zonas azules y verdes- ubicadas dentro de la M-30 para los no residentes, salvo excepciones como los taxis, vehículos comerciales, para personas con movilidad reducida y los coches que no realizan emisiones.

Posible multa

En esta segunda fase, los conductores que lleguen a la ciudad ven la información en la pantalla de los parquímetros y en las aplicaciones telefónicas y pueden ser multados por los controladores del SER. Para compensar, el Ayuntamiento de Madrid ha reforzado el servicio en 55 líneas de los autobuses de la EMT, el 35% del total.

Sabanés ha llegado a reconocer que "no es imposible" tener que llegar al nivel de restricción, que implica restringir la circulación al interior de la almendra central al 50 % de los vehículos -pares o impares, coincidiendo con el día del mes-, incluidos los taxis. En pleno pico de contaminación, el Ayuntamiento ha recordado que mantiene la previsión de llevar al pleno del próximo 25 de noviembre un nuevo protocolo, más restrictivo que el actual porque activa las medidas más severas en fases anteriores.

Críticas desde la comunidad

En el estreno de la aplicación del protocolo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha reprochado al Ayuntamiento la "improvisación" con la que ha tomado medidas ante el episodio de contaminación, con poca información al ciudadano y sin hablar con el Gobierno regional para coordinar refuerzos en el transporte público.

En el Ayuntamiento, PP y Ciudadanos han criticado al equipo de Gobierno de Manuela Carmena por recortar su inversión en la EMT, lo que a su juicio permitiría sacar a la calle autocares menos contaminantes; mientras que el PSOE ha indicado que comparte su ejecución y ha apelado al "ejercicio de solidaridad" de no coger el coche.

Los ecologistas han calificado de "históricas" las restricciones, que no obstante aprecian como un paso "muy pequeño" e insuficiente.

Para la Asociación de empresas gestoras de transportes colectivos Urbanos (ATUC), a la que pertenece la EMT, la reducción de la velocidad del tráfico en Madrid es una medida "útil y necesaria" ante los picos de contaminación pero "no soluciona el problema real de movilidad" de la ciudad.