EVOLUCIÓN DE LA ONCOLOGÍA

Madres a pesar del cáncer

Vall d'Hebron culmina con éxito el embarazo de 24 mujeres enfermas de tumor de mama

Una sanitaria manipula un equipo de mamografías.

Una sanitaria manipula un equipo de mamografías.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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Estar embarazada y sufrir cáncer de mama son dos circunstancias de signo totalmente antagónico que, hasta hace muy pocos años, y aún ahora en la mayoría de los casos, se resuelve de forma trágica: o la gestante aborta para poder tratar su enfermedad sin pérdida de tiempo, o escoge permanecer sin terapia oncológica hasta el momento del parto, arriesgándose a que el tumor evolucione en esos nueve meses hasta un nivel de gravedad irreversible. Una tercera opción, muy arriesgada y poco frecuente, consiste en acceder a recibir quimioterapia en hospitales que no disponen del equipo médico y la tecnología adecuados para asegurar que el feto en gestación no quedará dañado por los agresivos fármacos que suprimen el cáncer.

Todas esas circunstancias han sido soslayadas por 24 mujeres atendidas desde el 2006 en el Hospital de Vall d'Hebron, de Barcelona, a las que se detectó un cáncer de mama cuando estaban embarazadas. En todos los casos, se trató de tumores palpables, evidentes, ya que, por su estado, esas mujeres no se hicieron mamografías. Las 24 han traído al mundo a sus hijos, en los que no se ha detectado ninguna alteración. Esos niños, no obstante, permanecerán bajo control durante varios años, aseguró ayer Isabel Rubio, cirujana de cáncer de mama en Vall d'Hebron.

Las 24 mujeres recibieron el tratamiento oncológico indicado para el tipo de cáncer que se les diagnosticó, superaron la extirpación quirúrgica del tumor cuando fue preciso y mantuvieron los controles imprescindibles de su feto en gestación, a la vez que trataron el proceso oncológico, con la confianza médica de que la salud de su hijo no sufriría.

Segundo trimestre

Aunque la suposición general sea distinta, la quimiotrapia oncológica no es incompatible con mantener un embarazo sano, asegura Isabel Rubio. «Solo está contraindicada en el primer trimestre de la gestación-afirmó-.Lo importante, y lo más difícil, es que la embarazada y el feto sean explorados de forma exhaustiva y adecuada». Las gestantes con cáncer de mama atendidas en Vall d'Hebron accedían a una analítica de sangre completa, una ecografía fetal y una visita con el obstetra y el oncólogo antes de recibir las cíclicas sesiones de quimioterapia. Todo en el mismo día. Si era necesaria una mamografía con la que precisar el estado del tumor, esta se hacía aplicando una protección especial sobre el vientre que impedía el paso de las radiaciones, explica la cirujana.

«En todo el mundo están documantados cerca de 800 embarazos de mujeres con cáncer de mama que concluyeron con éxito»,asegura Rubio. A su servicio, explica no obstante, han llegado muchas mujeres que acaban de interrumpir su embarazo, dispuestas a operarse y tratar un cáncer de mama.«El aborto lo decidieron ellas, asustadas por lo que le pudiera pasar a su hijo, o aconsejadas por su médico ante el temor de no controlar el proceso», dijo Rubio. Bien controlados, insistió, embarazo y cáncer no son incompatibles.