El 'Madoff catalán' jugaba más de 100.000 euros semanales a distintas loterías

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GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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Antoni Mas Samora, el 'Madoff catalán' que ha defraudado más de 200 millones de euros a través de una estafa piramidal de dimensiones todavía desconocidas, ganaba la lotería todas -o casi todas- las semanas.

En su declaración ante los Mossos d’Esquadra, Mas reconoció que echaba la quiniela "con un grupo de amigos" y que apostaban entre "25.000 y 30.000 euros". Pero esta respuesta es un parte muy pequeña de la verdad. Porque Mas gastaba una auténtica fortuna en loterías.

Solo hay dos formas de ganar siempre -o casi siempre- en las apuestas del Estado. La primera es comprar boletos que ya han sido premiados. La segunda manera es invertir ingentes cantidades de dinero en la quiniela, la primitiva o el euromillón y aumentar así exponencialmente las posibilidades de ser agraciado. Mas jugaba desorbitadas cantidades a las tres cosas. Como mínimo 100.000 euros. Cada semana desde el 2011. 

EL GANADOR MÁS TRISTE

Actualmente los premios se cobran en el banco. Antes del 2014, el dinero se abonaba en la Oficina de Apuestas y Loterías del Estado. Durante varios años, a Mas se le vio recoger allí premios de todas las cantidades, siempre en cheque -lo que implica que el importe era superior a los 5.000 euros- y nunca trajo autorizaciones de los amigos que integraban el supuesto "grupo" con el que dijo jugar. Si existían, debería haber hecho constar que había varios ganadores al recoger los cheques. Nunca lo hizo: jugaba solo.

Mas no solo llamaba la atención porque ganaba siempre, también lo hacía porque mientras el resto de agraciados parecían felices, él acudía a retirar el premio con el mismo entusiasmo con el que un hombre hace cola para pagar el parquímetro.

La desproporción entre Mas y un jugador normal es tan abultada que las administraciones en las que compraba lotería y hacía apuestas multiplicaban por diez su facturación. Es decir, Mas se gastaba en solitario diez veces más de lo que compraban el resto de clientes en total. Este diario ha visitado dos de estas administraciones en las que Mas jugó hasta ser detenido, a comienzos de junio. Los dueños de ambas han confirmado que Mas era, con mucha diferencia, su mejor cliente.

Cada vez que una administración entrega un buen premio, imprime la cifra y la cuelga enmarcada en la pared. Los locales que pisaba Mas están llenos de premios enmarcados. "Todos son suyos [importes que van desde 100.000 euros hasta un millón de euros] y tenemos más en una caja que todavía no hemos colocado", explican en una de estas oficinas, que concretamente repartió durante el 2016 algo más de cinco millones de euros, que se llevó casi en exclusiva Mas. Ganara lo que ganara, el 'Madoff catalán' perdía con las apuestas más dinero del que ingresaba. 

¿UN LUDÓPATA?

El 'Madoff catalán' se paseaba por esta última administración de Barcelona como si fuera de su propiedad: tenía el teléfono personal del dueño y del empleado, a los que obligaba a abrir media hora antes e incluso les mandaba a hacerle "recados personales".

Este diario ha tenido acceso a conversaciones de Whatsapp entre Mas y un empleado de la oficina. En estas, Mas da el visto bueno a entregar primitivas de 50.000 euros y 30.000 euros con combinaciones que le propone el trabajador. Lo que choca es que Mas de este modo ni siquiera jugaba, sencillamente ordenaba que se apostara con su dinero. Mas incluso había dejado en este local un fajo de autorizaciones con firma de PubliOlimpia SL -la empresa con la que armó la estafa piramidal- para poder seguir apostando incluso cuando estaba de viaje.

Pagaba la lotería a través de transferencias bancarias. Tan desorbitadas eran las cantidades que la Agencia Tributaria le obligó hace poco a presentar un certificado para comprobar si realmente apostaba tanto. Si un juez lo solicita, la información confidencial de Loterías y Apuestas del Estado con todos los premios que ha ganado Mas también saldrá a la luz. 

"A mí no me pareció nunca un ludópata", se apresura a aclarar un trabajador, para remarcar que no cuadra su forma de apostar con la adicción al juego. "En una ocasión me pasé varias horas haciendo combinaciones y le hice ganar más de dos millones de euros. Ni me dio las gracias. Era así de borde", describe el empleado. "Era un prepotente", añade el dueño. "Pero como se gastaba tanto dinero aquí había que lamerle las pelotas", sentencian.

ADMINISTRACIÓN ESTAFADA

Mas exigió recientemente al dueño de este comercio que le avanzara una de sus apuesta salvajes. "Siempre me lo devolvía", aclara el dueño. Pero no esta última vez. La deuda que ha dejado es tan grande que ha terminado "arruinando" a la administración a la que tanto dinero le había hecho ganar. 

Los Mossos d'Esquadra investigan si Mas estaba blanqueando dinero negro a través de esta inversión en lotería. El profesor José Ignacio Gallego, de la Universitat de Barcelona (UB), aclara que es "muy inusual" blanquear dinero a través de esta vía. La profesora Ujala Joshi, de la misma UB, sostiene que lo más probable es que Mas estuviera invirtiendo en lotería el dinero de las víctimas de la estafa piramidal. Una estrategia desesperada para sobrevivir a la bola de nieve que había montado y que no podía detener ni ganando cada semana premios por los que suspira cualquier ciudadano.