CUIDADO A LOS MAYORES

Los técnicos que valoran la dependencia evaluarán también el maltrato

Las mujeres que necesitan cuidados y están aisladas socialmente son más vulnerables

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El Ayuntamiento de Barcelona y la Conselleria de Benestar Social i Família han iniciado este miércoles un protocolo para que los profesionales que valoran la dependencia de las personas mayores detecten también posibles situaciones de maltrato a los ancianos.

La experiencia la han impulsado el Institut Català d'Assistència i Serveis Socials (ICASS) y el Consorci de Serveis Socials de Barcelona para que los técnicos de los servicios de valoración de la dependencia (SEVAD) puedan identificar posibles situaciones de maltrato cuando valoran el grado de dependencia de las personas mayores, que se hace normalmente en domicilios particulares o en sus entornos habituales.

Según Benestar Social, estos profesionales han sido formados específicamente para identificar situaciones de posibles malos tratos a personas de 65 años y más, registrar su información, sistematizarla y derivar los casos. Así, en caso de detectar cualquier posible señal de riesgo de maltrato durante la valoración de grado de dependencia lo comunicarán al centro de servicios sociales de referencia y al Área Básica de Salud.

Más de 80 años

En el año 2013 fueron valoradas un total de 16.150 personas de la ciudad de Barcelona, de las que 10.643 fueron mujeres y 5.507 hombres. Del total de valoraciones realizadas, 14.193 fueron hechas a personas mayores de 65 años, de las que 10.054 tenían más de 80 años.

Según el ICASS, entre los principales factores de riesgo y vulnerabilidad que pueden condicionar que una persona mayor pueda llegar a sufrir una situación de maltrato, destacan las situaciones de dependencia, el aislamiento social y el género femenino. Estos son aspectos que los técnicos tienen en cuenta para definir estrategias de prevención y abordaje de casos de maltrato.

Estos técnicos han explicado que, aunque la mayor parte de las veces, la atención familiar se lleva a cabo de buen grado y con afecto, sin embargo a veces, se producen situaciones de maltrato, ya sean voluntarias o no intencionales. En este sentido, hay que tener en cuenta que la atención a las personas mayores hace que algunas de las personas cuidadoras estén sometidas a exigencias, costes y sacrificios con una alta exigencia, han puntualizado los expertos.

En estos casos, puede que incluso la persona cuidadora no sea consciente de que sus actos hacen daño a la persona mayor. El riesgo de malas prácticas aumenta cuando el entorno familiar está perturbado por diferentes motivos: situaciones límite de sus miembros, paro, frustraciones o estrés.