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Los sueños de la princesa del 'ciberpunk'

"El pueblo unido, jamás será vencido", gritaron 28.000 personas en la Puerta del Sol a las 12 de la noche del sábado

Indignados en la Puerta del Sol

Indignados en la Puerta del Sol / periodico

MAYKA NAVARRO / Madrid

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Faltaba un minuto para lasdoce de la noche cuando unsilencio cargado de orgullo se apoderó de laPuerta del Sol. Sonaron las campanas y28.000 personas se sentaron en el suelo ycerraron unas bocas que desde el domingo no han dejado de reivindicar cambios. Cuando el reloj anunció la entrada en el día de la impuesta reflexión, lamarabunta se alzó ygritó:“El pueblo unido, jamás será vencido”. Esa era surespuesta a laprohibición de la Junta Electoral Central. Y como la letra, si es con música mejor entra, la gente agarró susllaves y las hizo sonar como unsonajero ensordecedor. Fue emocionante. Lo mejor para algunos desde lasmovilizaciones de la Transición, y algoúnico einimaginable para un montón.

Como en el resto de los días, lanoche transcurriósin incidentes. Conscientes de que solo el mantenimiento del orden les salvará del desalojo, han incrementado laspatrullas de seguridad, que recorren en pareja el campamento con el anagrama de “respeto”. De momento lo han conseguido. Mantener elorden público,evitar incidentes y que no decaigan los debates.Cinco días después, la gente siguedebatiendo en asambleas, en corrillos o en parejas la conveniencia delvoto en blanco,nulo o la opción de unpartido residual. No cesan los debates, las asambleas, y el campamento sigue creciendo y cada vez roba un cachito más a la Puerta de Sol. Hoy a las dos de la madrugada, elspeaker convocaba a unaasamblea de Cultura y a otra dereforma de la ley de universidades, junto al Corte Inglés, rebautizado comoCortilandia. Y unos 200 fueron para allí. Porque en Sol es cierto que hay risas, música, baile, flirteos, cervezas, unos cuantos porros y mucha diversión, pero hay tambiénmucha concienciación,mucho debate,muchísima participación. Y no decae. Al contrario. Cada vez haymás política. Y sin duda esde izquierdas.

Y a las tres de la mañana, con tanto debate y tanta emoción, puestambién hay hambre. Pero se acabó el pan. Elspiker, que ahora no solo tiene un equipo de sonido nuevo, sino que le han instaladoaltavoces en varios rincones del campamento, pide voluntarios para ir a buscar pan. Porque a esas horas hay hambre ypoco sueño. Si el jueves durmieron unos 2.000, esta última noche se han quedado el doble. Y con ganas de celebrar suprimera victoria. La permanencia en una Puerta del Sol en la que yaquedan pocos espacios que no hayan sido empapelados por el sentido común que abunda en buena parte de lasconsignas. Como bien escribe Ramón Lobo en su blog: “Hay más inteligencia en los carteles pegados y paseados que en la campaña electoral.”

Un siglo mejor gestionado

Pero que nadie se lleve a engaños. Muchos de los acampadosvotarán el domingo.Jon Aguirre, por ejemplo, uno de los portavoces deDemocracia Real Ya se trasladará a Bilbao para votar. Lo mismo que su compañero de plataforma,Fablio Gándara. Porque creen en la política, pero defienden que este siglo merece una forma distinta y más digna de gestionarla.

Elcampamento esta noche está másanimado que nunca. Hay un tuno que entonaGuantanamera, y un guitarrista que triunfa arrancándose con una coreadaranchera:El Rey...“Con dinero o sin dinero, hago siempre lo que quiero” La letra les va como el anillo al dedo.

Se sientenreyes por unos días. YNikky Schiller una princesa que proyecta sus sueños sobre la fachada del edificio de la comunidad de Madrid. Artista multimedia, activista, inconformista y musa delciberpunk, Nikkyapenas duerme. No ha faltado un solo día al trabajo, pero tampoco a su cita con Sol. Junto al americanoVlad Teichbert, del colectivoGlass Bead, proyectan consignas,mensajesyverdades en todos los idiomas que esperan que muevan el nuevo mundo: igualdad, unidad...

La noche se revela contra el sueño. Hay tanto por hacer y celebrar...Elsábado será otro día. El de laobligada reflexión. Y desde luego no cabe la menor duda de que lo que está pasando en Sol da para reflexionar. Y sin perder tiempo.