Cambio en el sector turístico de Tarragona

Los rusos lideran por primera vez el turismo foráneo en la Costa Daurada

Un grupo de turistas rusos se va de la playa de la Pineda, ayer.

Un grupo de turistas rusos se va de la playa de la Pineda, ayer.

RAFAEL MORALES
BARCELONA

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Las previsiones de principio de verano respecto a la afluencia de turismo ruso a la Costa Daurada central se han quedado cortas. En la primera quincena de agosto, la presencia de rusos (el 30% del total de visitantes extranjeros) en los hoteles de Salou, Cambrils y La Pineda (Vila-seca) ha superado por primera vez a la de británicos (el 29%), que tradicionalmente eran el turismo extranjero con más peso en la zona. En un año, el porcentaje de los turistas rusos casi se ha duplicado (del 18% al 30% del turismo foráneo) y ha pasado de ocupar el tercer puesto, por detrás de franceses y británicos, a encabezar la lista, si bien es cierto que en agosto suele bajar la presencia de los últimos.

Los esfuerzos que realizan los agentes turísticos de la Costa Daurada en Rusia desde hace 20 años se han visto compensados plenamente este año. El fenómeno del turismo ruso se ha convertido en uno de los principales revulsivos económicos en Tarragona.

«El turismo ruso ha subido más del 30% de media este año y aún tiene margen para seguir subiendo», confirma Joan Antoni Padró, vicepresidente de la Asociación Hotelera de Salou, Cambrils y La Pineda. Con 45.000 plazas hoteleras, esta es una de las entidades con más capacidad turística en España. La ocupación global en la primera quincena de agosto ha sido del 96%, según los datos oficiales del Observatori de la Fundació d'Estudis Turístics de la Costa Daurada, conocidos ayer.

Ese porcentaje de ocupación significa prácticamente «un lleno total», según Padró, por encima del 94% del 2010 y del 91% del 2009. «Todavía no podemos dar resultados económicos, pero creo que vamos bastante mejor que el año pasado, a pesar de que estamos trabajando con los precios del 2009», opina.

Uno de los factores que han contribuido al despegue actual es que este año hay vuelos directos a Barcelona desde 14 aeropuertos rusos y de países colindantes en vez de desde los dos (Moscú y San Petersburgo) del año pasado. «Era un inconveniente porque obligaba a los rusos a hacer grandes desplazamientos dentro de su país», dice Padró. Este año Catalunya espera a más de medio millón de rusos en vez de los 374.000 que llegaron en el 2010.

VALOR ESTRATÉGICO / Este verano están llegando a El Prat una media de 100 vuelos semanales procedentes de aeropuertos rusos, el doble de los que había el año pasado. En previsión de esta avalancha, los agentes turísticos consiguieron convencer al Gobierno central para agilizar la tramitación de visados en el consulado de España en Moscú. Para ello contrataron a 15 personas que están reforzando el departamento desde principios del verano.

«El mercado ruso tiene un valor estratégico para nosotros y es el único en el que la Costa Daurada es líder», explica el gerente del Patronato de Turismo de la Diputación de Tarragona, Octavi Bono.

Las acciones turísticas de Catalunya en Rusia se empezaron a concretar en 1993 con la inauguración de un centro de promoción en Moscú y las acciones promocionales se han ido sucediendo a lo largo de los años. «Somos pioneros en España en la promoción de nuestro destino turístico en Rusia y este año se ha consolidado el trabajo que hemos ido haciendo durante 20 años», explica Francesc Vives, de la Asociación de Empresarios de la Hostelería de la Provincia de Tarragona.

EL QUE MÁS GASTA / «Enseguida te das cuenta de que son rusos, por lo que gastan y las grandes propinas que dejan», explica Isa, cajera de un restaurante situado frente al puerto de Cambrils. El turista ruso es de largo el que más gasta en sus vacaciones, el doble que los de otras procedencias, según fuentes del sector. Los rusos destinan prácticamente la mitad de su presupuesto de vacaciones a las compras, las visitas culturales y la gastronomía.