PREVENCIÓN

Los pediatras instan a vacunar contra el sarampión y la tos ferina

EL PERIÓDICO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un creciente número de niños españoles o inmigrantes instalados en España no han recibido algunas de las vacunas que las autoridades sanitarias recomiendan a toda la población. Las vacunas contra el sarampión y la tos ferina, por ejemplo, son evitadas por numerosas familias que creen conveniente permitir que sus hijos pasen ambas enfermedades para que se inmunicen a partir de la infección. Contra esa actitud advirtió ayer la Asociación Española de Pediatría (AEP), que alertó del peligro de que, por esta vía, se produzcan bolsas de población no protegida contra enfermedades que hace unos años inspiraban temor por su gravedad, entre las que citaron la poliomielitis.

Esta actitud, indicó la AEP, se ha detectado en familias de «alto nivel económico y educativo», cuyos hijos, añadieron, coinciden con los de la inmigración no vacunada en sus países de origen. El fenómeno ha dado lugar en los últimos años a brotes infecciosos de sarampión -sucedió entre colectivos de inmigrantes no vacunados-, tos ferina y varicela. «Las vacunas pueden morir de éxito», afirmó Teresa Hernández Sampelayo, en una jornada sobre vacunación pediátrica celebrada ayer en Valencia. «Cuando una enfermedad, como la polio, tiende a desaparecer gracias a la vacunación masiva de los niños, la población pierde el miedo a esa dolencia y no se vacuna», dijo.

La Conselleria de Salut recomienda en la actualidad que niños y jóvenes reciban las 12 vacunas que figuran en el calendario oficial. Entre ellas, se encuentran las que protegen frente a difteria, tétano, tos ferina, poliomelitis, haemophilus influenza tipo B, hepatitis B, meningitis tipo C, sarampión, paperas y varicela. Las principales de ellas se concentran entre los dos y los seis meses de vida, aunque otras, como la de la hepatitis B y la varicela, deben recibirse a los 12 años.

Las enfermedades contra las que se ofrece vacuna -la prevención que siempre es voluntaria- se encuentran prácticamente erradicadas en los países occidentales, pero no se han extinguido, por lo que es preciso inmunizarse en su contra. La única enfermedad erradicada por completo en el mundo es la viruela.