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Los patrulleros de Blanes

Un grupo de vecinos del barrio de La Plantera lleva medio año saliendo a vigilar las calles los fines de semana Denuncian que la policía es incapaz de protegerles del vandalismo

Vigilantes 8 Dos vecinos de Blanes, ante un autocar que lleva a jóvenes a la Arena, el pasado domingo 17.

Vigilantes 8 Dos vecinos de Blanes, ante un autocar que lleva a jóvenes a la Arena, el pasado domingo 17.

FERRAN COSCULLUELA / BLANES

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A las cinco de la mañana del domingo 17 de mayo hace frío en la calle. No es la mejor hora ni el mejor día de la semana para quedar con los amigos, pero ellos lo llevan haciendo desde enero. Van con la cara cubierta con un gorro y un pasamontañas para proteger su identidad. Quedan a través de las redes sociales, suelen ser entre cuatro y seis y se dividen en dos grupos para abarcar más calles. Se comunican por móvil y walkie-talkies y sus paseos duran hasta las siete de la mañana. Son los patrulleros de Blanes, unos vecinos que se ha organizado para hacer frente al vandalismo protagonizado por jóvenes que van de fiesta a la discoteca Arena.

"En una noche han llegado a romper los retrovisores de más de 40 vehículos. Llaman a los timbres hasta que se queman. Se mean en los portales, hacen botellón y las peleas son habituales", explica Juan Carlos, uno de los vecinos que rondan las calles del barrio de La Plantera cada fin de semana para evitar incidentes, tras constatar que la Policía Local y los Mossos son incapaces de frenar el incivismo.

La idea fue suya, después de que un domingo se levantara temprano. Mientras esperaba en la calle, vio como unos jóvenes pasados de rosca cambiaba de acera y evitaba su presencia. "Me confundieron con un secreta y me dio qué pensar. Son muy jóvenes y la presencia de los adultos les intimida, por eso propuse las patrullas", cuenta.

Desde Barcelona

Los incidentes en las calles próximas a la discoteca Arena vienen produciéndose desde el invierno. El local permite la entrada a partir de los 16 años y la disco se ha convertido en un reclamo para cientos de adolescentes del área metropolitana de Barcelona. Muchos llegan con el último tren del sábado y se van con los primeros convoyes del domingo, que salen a partir de las seis de la mañana. Algunos fines de semana, los Mossos y la Policía Local montan dispositivos y se incautan de drogas, bebida e incluso de armas. El último se efectuó entre el 9 y 10 de mayo y se saldó con cuatro detenidos por delitos contra el patrimonio, un acta por tenencia de drogas y cinco por beber alcohol en la calle. Ayer la Policía Local también hizo cuatro detenciones.

Los principales actos de vandalismo se comente en el tramo que va de la estación de tren a la disco, situada a unos 15 minutos andando. Un itinerario que cruza el barrio de La Plantera. El vandalismo ha bajado desde que los propietarios de la Arena contrataron un autocar lanzadera para trasladar a los jóvenes a la estación cuando cierra su establecimiento, que tiene un aforo para 1.300 personas. La presencia de las patrullas vecinales y el eco de los incidentes en los medios han ayudado a minimizar los daños. Una presión que ha llevado a los dueños a anunciar que a partir de junio no se permitirá la entrada a los menores.

Alicia se agacha, mira debajo de un coche y saca varias botellas. Juan Carlos localiza un envase de JB vacío entre unos arbustos, son algunos de los escondites en los que los chicos guardan el botellón que consumen antes, durante y después de la disco. Durante la ronda, siguen a varios grupos que llevan botellas en bolsas. Un recorrido en el que los patrulleros señalan los lugares en los que suelen encontrar más estropicios.

"Ni los Mossos ni el ayuntamiento quieren que hagamos patrullas, pero la Policía Local nos respeta. Saben que les estamos echando una mano", comenta José, otro de los patrulleros. Jordi Casado, delegado sindical del CSIF en la Policía Local de Blanes, pide más medios y dotaciones de la brigada móvil de los Mossos los fines de semana.

"Llevamos 10 años sin aumentar la plantilla y las inversiones en material y vehículos se han paralizado. No damos abasto. Tenemos un déficit de unos 14 agentes y la media de edad es muy alta. A veces los dos componentes de una patrulla suman 120 años", lamenta.