Los obispos españoles no participarán en la ofensiva provida por la retirada de la ley del aborto

A los obispos españoles no les ha gustado que el Gobierno entierre la ley del aborto, pero no echarán gasolina al incendio y no saldrán a la calle a manifestarse. Consideran que es la sociedad civil la que ha de estar en las movilizaciones y que el papel de la iglesia no debe tomar "forma política". Así lo ha explicado el portavoz de la recientemente renovada Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, que ha insistido en que los obispos no van a estar tras las pancartas de los grupos provida, que reclaman una legislación más restrictiva del aborto, lo que supone una suavización importante de la postura adoptada por la iglesia respecto a ocasiones anteriores cuando los prelados sí participaron activamente en las manifestaciones.

Gil Tamayo ha asegurado que el Gobierno no se ha puesto en contacto con la Conferencia Episcopal para informar sobre los motivos que lo han llevado a retirar el proyecto de ley del aborto, y ha explicado que, desde su punto de vista, esta decisión se ha basado en "cálculos políticos". Para los obispos es "especialmente grave" que el Ejecutivo incumpla sus compromisos electorales "para la protección de la vida", puesto que considera que hay bienes que son "innegociables".

Sin embargo, Gil Tamayo ha evitado ser tajante en su crítica al Gobierno y ha insistido en que el argumento exhibido por el presidente Mariano Rajoy es la búsqueda del consenso. El portavoz no ha querido manifestarse respecto a las afirmaciones de los grupos provida que han pedido que no se vote al PP y ha asegurado que los obispos no le dicen a los ciudadanos cuál ha de ser el sentido de su voto.

La Conferencia Episcopal insiste en que su opinión respecto al derecho a la vida no ha cambiado y su comisión permanente ha elaborado una nota en la que pide a las administraciones públicas un esfuerzo más generoso en "políticas eficaces de ayuda a la mujer gestante y a las familias".