Actuaciones controvertidas de las fuerzas de seguridad

Los Mossos ocultaron una testigo del 'caso Benítez'

Un grupo de mossos oculta a los imputados, en noviembre pasado.

Un grupo de mossos oculta a los imputados, en noviembre pasado.

J. G. ALBALAT / Barcelona

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Los Mossos d'Esquadra ocultaron el testimonio de una vecina del barrio barcelonés del Raval que presenció cómo ocho policías autonómicos redujeron violentamente a Juan Andrés  Benítez el 5 de octubre del 2013. La mujer llegó a recriminar la actuación de los agentes que inmovilizaron al empresario, que falleció al día siguiente. Así lo declaró ayer esta persona ante la jueza que investiga el presunto homicidio. El interrogatorio duró cerca de dos horas.

La vecina relató que ese 5 de octubre salió al balcón de su vivienda, que se encuentra en un cuarto piso, en la calle de la Aurora, y oyó que Benítez gritaba que le devolvieran dinero y un perro, pero sin dirigirse a nadie en concreto. La testigo vio cómo el empresario discutía con un ciudadano marroquí y cómo varias personas intentaron dispersarlos. A los 15 minutos, explicó, acudieron varias dotaciones de los Mossos. Escuchó que Benítez les decía que le dejasen en paz, pero los policías le rodearon, forcejearon con él y lo tiraron al suelo. «Gritaba como un cerdo», detalló. «Los agentes le pegaban. Se iban alternando con patadas, puñetazos», sostuvo la testigo. «Todos pegaban», insistió. Los golpes, según su versión, duraron alrededor de unos 15 minutos.

La vecina del Raval aseguró que tras la detención, los mossos levantaron a Benítez y lo metieron en el coche policial como «si fuera un saco de patatas». Después, llegó el personal del Servei d'Emergències Médiques (SEM) y pudo observar cómo el empresario tenía «el abdomen inflado, la camisa rota y la cabeza con mucha sangre». Los sanitarios intentaron reanimarle y lo trasladaron a un centro hospitalario, donde, al cabo de unas horas, falleció.

Los reproches

A las 10 de la noche del día siguiente, la mujer escuchó voces en la escalera de su edificio y, al abrir la puerta, se encontró con dos mossos uniformados y uno de paisano. Los agentes le preguntaron si había visto la detención de Benítez. Ella les dijo que sí y, «como estaba muy afectada», les reprochó la actuación policial.  La testigo comentó a los agentes que vio cómo sus compañeros habían pegado a una persona y preguntó cómo había acabado. Los mossos le contestaron: «Eso es lo que usted creyó haber visto». Fuentes judiciales agregaron ayer que la testigo también interpeló a los policías sobre si el empresario había muerto.

Tras este episodio, relató la testigo ante la jueza, los tres agentes de la policía autonómica se marcharon sin tomarle declaración, ni recoger sus datos personales por si era necesario citarla en un futuro en sede policial o ya en el juzgado, como sería lo correcto, según fuentes de la acusación. Esta testigo, que ya no vive en el piso de la calle de la Aurora desde donde observó la reducción de Benítez, fue aportada por la abogada Laia Serra, que representa a la acusación popular. El abogado de la familia del empresario muerto, David Aineto, valoró ayer como muy positiva la declaración de la mujer.