Los maestros están aún lejos del objetivo

El avance ha sido muy loable. Y muy meritorio también, pero aún resulta insuficiente. No llegan a 20.000 los docentes catalanes (de los aproximadamente 72.000 que trabajan en escuelas e institutos públicos) que tienen en estos momentos suficiente nivel de inglés como para impartir clases en ese idioma. Si el objetivo es conseguir, como dice la Conselleria d'Ensenyament, que dentro de tres años la mitad de los estudiantes catalanes terminen la educación obligatoria con un nivel B-1 de lengua extranjera, alcanzar la meta es todavía difícil.

Desde el 2010, cuando entró en vigor la ley de educación de Catalunya (LEC), el dominio de un idioma extranjero es requisito indispensable para optar a una plaza pública de docente, pero eso no ha garantizado que los maestros que ya se encontraban en ejercicio lo aprendieran.

Según datos facilitados la semana pasada por la Conselleria d'Ensenyament, un total de 19.517 profesores de centros públicos están acreditados actualmente para dar clases de materias no lingüísticas en inglés y en torno a 2.500 más están estudiando el idioma para poder sacarse el correspondiente título. En solo dos años, el porcentaje de maestros que acreditan tener un buen dominio del inglés (equivalente al B-2 o First Certificate) ha aumentado en casi 10 puntos, al pasar de 18,67% del 2013 al 27,2% actual.

COLECTIVO ESFORZADO

Aunque una cifra importante de estos profesores son personas que habían estudiado anteriormente la lengua y que ahora solo han tenido que examinarse para obtener un título que certifique su nivel, es cierto que el colectivo docente catalán ha sido el grupo profesional que posiblemente más ha mejorado su nivel de idiomas en estos dos años.

Ha hecho falta, sin embargo, que la Generalitat activara un plan específico para que los maestros se pusieran de una vez las pilas con el inglés, reservando, por ejemplo, plazas para ellos en las escuelas oficiales de idiomas. El decreto de plantillas de la 'consellera' Irene Rigau, por el que los directores de colegios pueden seleccionar al profesorado según su perfil (y no solo por su antigüedad), ha sido también una espoleta para esta mejora.